¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Nada como el verano, esa época acalorada la cuál probablemente todo el mundo odia, a excepción de cierto bajito que estaba en la florería.
Mayormente, la gente solamente ve las cosas malas de lo que sucede, pero realmente no ven las cosas buenas que dan, por el calor mayormente la gente solía salir y caminar con sus amistades por el parque, veía familiares, amigos y parejas caminar, las chicas con un vestido floral y los chicos con ropa que aún mantenía su estilo pero a la vez, los mantenía frescos.
Tantas cosas bellísimas que por desgracia, Lucifer se tenía que perder, corría nuevamente apurado, pues entraba a su trabajo a las 9am y tenía que dejar a Charlie en su guardería a las 8:30am, en lo que tenía que comenzar a caminar, se entretenía viendo cosas, pues era nuevo y no se había podido dar aún el lujo de observar todo, se me hacía tarde.
Llegó unos 5 minutos de retraso, estaba transpirando y jadeaba acolorado, abrió la puerta y entró, acomodó sus cosas y prendió la radio, cruzándose de piernas para calmar un poco su respiración, escuchó la campanita en cuanto se sentó y volteó a ver a la entrada, viendo al castaño de la noche anterior
—¡Buenos días!—
Saludó Luci con una gran sonrisa, el castaño le devolvió el saludo, el rubio pudo verlo viendo entre tantas flores con un toque de curiosidad, queriendo sacar tema de conversación, el rubio habló
—¿No tendrías que estar yendo al trabajo?—
—Así es, pero quise pasar por una rosa para mi enamorada—
Sonrió tranquilizadoramente, Luci nada más asintió, poco a poco se iba enterando de más cosas del castaño
—Ayer oí su voz en la radio—
—Oh, así que la reconociste. Que dulce—
Alastor finalmente se decidió por unos bellos tulipanes, aunque eran comunes eran relativamente baratas, solo compró una y se inclinó en agradecimiento
—Tenga buen día—
Se despidió Alastor y salió de ahí, Lucifer no podía evitar sonreír al verlo salir, le comenzaba a agradar
—Tal vez algún día podamos salir como amigos—
Habló para sí mismo, se sentó a seguir oyendo cualquier cosa que sonara en la radio, hasta que después de unos cuantos largos minutos una voz reconocida comenzó a hablar, dió el saludo y la hora "9:30am", probablemente habría llegado tarde, así que Lucifer no pudo evitar preocuparse
—Tal vez deba de abrir un poco más temprano...—
Se lo pensó pero de todas formas sería casí imposible para él, tendría que ir a dejar a Charlie y correr a su trabajo, ni más ni menos, a la hora justa, pudo suspirar por lo bajo, la voz de aquél hombre era agradable, era animada y podía jurar que si la llegaba a oír en un mal día, inmediatamente sus ánimos subirían.