Cinnamon Roll

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Después de un largo día, porfin habia terminado mi semana de clases,estaba en el segundo ciclo de la uni,cargue mi bolso con un cuaderno,un lápiz y una bolsita llena de maquillaje.

Camine por los pasillos dirigiéndome a la salida, me despedí de las personas que conocia con un cálido beso.

Llegando al final del pasillo,solté un suspiro de asombro al ver a mi novio.
Enzo estaba medio recostado en la pared sosteniendo una pequeña bandeja de cartón con dos cafés y una bolsa de papel con algo que suponia que era de mis favoritos de la cafeteria cercana.

Apresure el paso y le di un cálido abrazo intentando no chocar con el café ni quemarlo.

—Que haces acá,deberias estar en el trabajo.—dije agarrando delicadamente su mentón para darle un beso.—Quise sosprenderte,llevo todo el día queriendo verte.—dijo volteando para dirigirse a la vereda.

—Pensé que estarías ocupado.—dije observando lo que había en la bolsa,era un rollo de canela,amaba esos gestos, no era la cuestión del precio, era el hecho de que se acordara de algo mínimo que dije una noche de regreso a su casa.

—Para ti nunca estoy ocupado,me apresure y termine temprano, quería sorprenderte saliendo de tus clases,no me gusta que te vuelvas sola.—dijo mientras todo el olor de la canela era recepcionado por mi olfato.

—Te traje uno de esos que te gustan no tengo idea si son de la cafeteria qué te gusta.—dijo pasando su mano por su cabello.—Son muy buenos deberías darle una mordida,te juro que te van a gustar.

—Mmm no, me compre uno y te juro q no pude,soy más de cosas saladas,y esa cosa que tiene arriba blanca parece semen.—soltamos una carcajada y le di un mordisco al rollo de canela.

Enzo se me quedo mirando un momento.—Pasa algo?—dije mientras el pasaba su dedo por la parte superior de mis labios limpiandolos de la crema blanca para luego lamer sus dedos.

Caminamos los 20 minutos a casa hablando de nuestro dia.Amaba que Enzo pasara por mi de la uni,me hacia sentir protegida, sabía que aveces no lo hacia ya que mucha gente se acercaba y luego me escribia para decirle que Enzo mande fotos o algo que quisieran, aveces era molesto pero lo respetaba, para algunos era un poco raro ya que el estaba en sus treintas y yo estaba empezando a los veintes.

Enzo sostuvo su café para luego de terminarlo botarlo en el tacho de un parque que quedaba al frente de su casa.

ONE SHOTS & SMUT, Enzo VogrincicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora