Durante mayor parte de mi vida he vivido en un mundo que no me pertenecía. Sonará exagerado a la par que dramático, pero eso es solo porque no conoces mi historia, aunque de momento no tiene un final y tal vez nunca lo haya.
—Vaya basura —borré lo que había escrito en mi portátil y me eché hacia atrás exasperada.
Llevaba cerca de dos meses intentando escribir cualquier cosa para olvidarme del asqueroso mundo que me rodeaba y de lo difícil que se volvía a medida que pasaba el tiempo, sin embargo, me gustaba considerarme una mujer capaz de superar cualquier adversidad. Aunque ahora desearía meterme debajo de una manta y desaparecer.
—¿Aún no sabes nada?
Me giré hacia mi compañera de copas en los últimos años, Selia Lennox. Nuestra amistad era un tanto curiosa, y siendo sincero, la intenté evitar lo máximo posible al igual que a cualquier persona que intentaba entablar una relación conmigo, pero su persistencia fue demasiado fuerte para mi gusto.
Una belleza morena que con sus ojos avellana haría sonsacar a cualquiera sus secretos. Menos a mí.
—No, ¿y sinceramente? —me levanté dirigiéndome a la cafetera— No creo que me respondan. Era una oferta de trabajo demasiado buena, y más para alguien que no tiene experiencia en el sector de agricultura y ganadería.
Aunque una vez fue mi sueño dedicarme al campo y vivir de manera libre.
Una triste sonrisa se plasmó en mis labios recordando aquella época. Una donde me negaba a seguir el legado familiar para las mujeres de mi familia respecto a la moda y costura. Una donde mi rebeldía me hizo hacer cosas para evitar seguir por un camino que nunca me habría hecho feliz. Un camino donde me llevo a él.
—Oye —sentí una caricia de ánimo en mi brazo—, no te rindas.
Me la quedé mirando y asentí lentamente. No te rindas. No otra vez.
—¿Qué te parece si salimos a caminar? Hace un día excelente —sugerí tratando de mostrar mi mejor sonrisa.
—Haré como que no me estás ocultando algo —se rió. Mientras ella paseaba por el pequeño piso que tenía, agarré la pulsera que me había ideado ella y me la puse.—Por cierto, Paul me preguntó el otro día cuando vas a ir al bar, dice que extraña tu presencia.
Me estremecí recordando a aquel baboso que no paró de pedirme el número de teléfono.
—Le dijiste que no estoy disponible, ¿verdad? —asomé mi cabeza antes de entrar en el baño, y ante la expresión culpable que arrastraba Selia me paré indignada— ¡Selia!
—¡Lo sé, pero no lo siento! —me crucé de brazos tratando de controlarme. Me la quedé mirando fijamente de manera que el verde chocó contra el azul y lo supe—¿Narcissa?
—¡Serás mentirosa! —exclamé.
—En mi defensa solo trataba de comprobar una teoría —levantó las manos como excusándose. Dio unos pasos hacia adelante con una sonrisa descarada.
—¿Y qué teoría es esa?
—Que no has salido con nadie en todos estos años porque hay alguien en tu corazón —me miró triunfante.
¿Era demasiado tarde para tirarla por la ventana y desaparecer? Mierda, sí, ya me han visto con ella.
—Primero que nada... —antes de que le parara los pies mi móvil sonó y me apresuré a contestar, con el corazón palpitando en mi pecho. La llamada podía ser sobre cualquier cosa, pero en mi mente solo había una posibilidad: la entrevista para el trabajo en el invernadero.—Hola, soy Narcissa Campbell—dije con voz temblorosa.
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Amor Inmortal ©
RomanceNarcissa Campbell tiene que tomar una difícil decisión. Seguir siendo vampira o volver a ser humana. Ambas decisiones la llevan a tener que superar una difícil prueba: revivir su vieja historia de amor. Vivió tanto momentos felices como de desdicha...