Capítulo 1: Inscripción

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Era lunes por la tarde, estabamos en clase de matemáticas, eran las ultimas lecciones del día y no podía controlar mi sueño, mis ojos que parecían pestañar despacio cual camaleón, estaban siendo arrullados por la voz de mi profesor explicando logaritmos. Estaba por fin por conciliar el sueño cuando un golpe al costado de mi costilla izquierda me trajo de vuelta a esa horrible y numerosa realidad, giré mi cabeza al lugar de donde provino el golpe, fue una de mis mejores amigas.


Alexandra Castillo, piel blanca como cerámica de inodoro, con lentes de un azul rey, cabello castaño ondulado y una gran sonrisa burlona en su cara de delicadas facciones que estaba manchada por pecas.


Suspiré mientras rodaba los ojos. —Gracias... —Agradecí por inercia ante el golpe que me ayudó a despertar, mientras acomodaba mi trasero a la horrible silla de madera en la que estaba, me estaba preparando para dormir mejor, cuando nuevamente otro golpe a mi costilla atacó.


Ni se te ocurra dormirte, este tema es importante. —Me dijo Alexa mientras apuntaba al frente donde se encontraba el pizarrón de tiza ya lleno, parpadee sorprendido, la velocidad con la que escribió el profesor fue asombrosa.


Estaba apunto de responder le a Alexa con un sermón de como odiaba matemáticas cuando a mi otro costado, me interrumpió mi otra mejor amiga, Scarlett Rockefeller, no nos estaba mirando, se notaba estar concentrada en su propio cuaderno de matemáticas, que llenaba con velocidad.


¿Podrían guardar silencio por favor? Estoy tratando de poner atención, este tema es importante, quiero ver si saco mejor este examen. —Estaba absorto mirando como la mano de Scarlett se movía a gran velocidad moviendo el lápiz por la hoja, que ni pude empezar con mi monólogo.


Tanto Alexa como yo nos miramos y sonreímos levemente, para después mirar a Scarlett, ambos sabíamos que pese a que dijera eso, probablemente terminaría sucediendo lo que había ya había ocurrido hace unos meses, siendo que ella sacaría una nota suficiente y se sentiría bien con eso, mientras que Alexa sacaría la nota más alta de nosotros tres, siendo una nota excelente, pero ella se sentiría tonta e inútil porque pudo haber sacado mucho más alto, en cuanto a mi, los tres sabíamos que sería la peor nota, era algo inevitable en mi, no estudiaba en absoluto para mate, no me gustaba.


Nuestras miradas se movieron con velocidad hacia uno de los pilares de la clase, en la cual se encontraba la campana que avisaba cambio de clases, no había terminado de sonar la dichosa campana cuando yo ya tenía guardado en mi bolso de lado, mi cuaderno de matemáticas y todos mis útiles, yo ya estaba de pie esperando las para irnos lo antes posible.


El profesor de matemáticas soltó una risa y se cruzó de brazos— Salir rápido de mi clase no va a hacer que saque una mejor nota señor Campbell, así que no se preocupe en irse ya, que eso no subirá su promedio. —Pese a que el comentario sonó amenazante, la voz dulce y carismática del profesor que tanto lo caracterizaba hizo que el comentario no fuera ácido en absoluto, aun si provocó que me pusiera rojo de la vergüenza.


Mis amigas comenzaron a guardar sus cosas mientras se reían de mi, yo le estaba sonriendo apenado al profesor, mientras que este negaba con su cabeza y seguía riendo, llenando el aula con su carcajada, mis compañeros me miraban con claras intenciones de estarme juzgando, no los culpo, en caso de haber sido ellos, yo también los hubiera juzgado, pero que feo es estar en esa posición.

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