La tortura del Rey

Tormento

Él enserio esperaba que eso solo fuera una pesadilla, momentos de su vida recorrieron su mente: su vida antes de ser rey, cuando se caso con su esposa, cuando nació Zelda, cuando pasaban tiempo en familia los tres, cuando murió su amada, como había cambiado desde ese trágico día y como trataba a Zelda después de enterarse de la profecía.

Percibió como era soltado bruscamente y caía al suelo, el dolor aumentó, a duras penas podía mantenerse consciente, sentía como se le escapaba la vida y se preparó para aceptar su muerte - Ahh noo, no te vas a morir hasta que yo lo decía, tengo algo que hablar contigo majestad - se trató de aquella maligna voz que había escuchado antes, sintió como de repente se sentía con más vida, lo que le resultó extraño, luego sintió como su cuerpo ardía mas no estaba en llamas sino que pude ver como la malicia cubría su cuerpo - ¿Sabes? normalmente no utilizo mi malicia para dar vida a personas, más bien lo hago para lo contrario. Pero supongo que contigo haré una excepción- dijo la voz misteriosa para luego reírse - Tómalo como un acto de gratitud, después de todo parte de retorno de lo debo a ti, Rey Roham- la voz hizo un silencio y después continuó - ¿Rey? la verdad no sé si llamarte así dado que tu "castillo" está bajo mi control y sinceramente por como va la situación dudo que te quede un reino al cual gobernar.

Poco a poco la sensación de sentirse en llamas fue desapareciendo pero su cuerpo seguía débil y no podía moverse, notó que se encontraba en la sala del trono, lleno de malicia- Quién eres? - logró decir Roham a aquella voz, la cual volvió a reír y luego respondió - Me sorprende que no lo sepas, soy Ganon, aunque eso es solo por el momento...- el rey quedó extrañado y le preguntó a que se refería con esa última parte pero Ganon no respondió

Si vas a matarme hazlo ya - dijo el rey a lo que Ganon lanzó un suspiro - Que no pienso matarte, bueno, aún no... Primero me encargaré de restregarte como me has ayudado y enserio que te lo agradezco - ante esto Roham se preguntaba a que rayos se refería y procedió a decir - De qué hablas? cómo crees que he ayudado yo a una escoria como tú?- Ganon se rio de manera burlona - ¿Escoria? ¿es el mejor insulto que se te ocurre? Ahhh bueno... Pero te digo la verdad, me has ayudado enormemente, te dare una pista. Tiene algo que ver con tu hija y su poder interior- al ver que Roham seguía sin entender a que se refería, Ganon continuó - Gracias a ti la princesa no ha sido capaz de despertar su poder. Irónicamente, tú mismo provocaste el fin de tu reino.

Eso es imposible!! Me encargué de instruirla para que despertara su poder tal como lo hizo su madre - replicó Roham incrédulo por lo que acababa de escuchar, pero algo en sus adentros sentía que tenía razón y para colmo Ganon lo notó - Ohhh! Puedo sentir tu sufrimiento, sabes que es verdad lo que digo. Aunque no estaría de más demostrarte como fue que lo hiciste.

Una niebla oscura se formó delante del rey para luego mostrar una imagen o más bien una visión, la cual Roham reconoció al instante - Qué clase de brujería es esta?- dijo sin poder creer lo que veían sus ojos, era él junto a Zelda, momentos después de haberse enterado de la profecía, en aquellos tiempos su hija tenía 6 años. Ella lloraba, insistía en que quería jugar pero él había tomado todos sus juguetes y dándole la espalda dijo en tono autoritario - No puedes andar perdiendo el tiempo con tonterías como estas. Ha llegado a nosotros rumores sobre la profecía y el retorno de Ganon, tienes que despertar tu poder a como de lugar. Por eso mañana mismo iras a la fuente del poder a meditar tal como lo hizo tu madre- se limitó a seguir caminando ignorando las súplicas entre sollozos de la pequeña, solo dijo un "lo siento" en voz baja.

El recuerdo se esfumó, Roham se sentía como un monstruo en ese momento - Pero que crueldad majestad! Así es como tratas a tu propia hija? No me lo esperaba del gran monarca de Hyrule - dijo Ganon de forma burlona - No era mi intención hacerla sentir así- respondió Roham tratando de defenderse - Pero lo hiciste, así que ahórrate las excusas. Y no creas que hemos terminado, tengo muchos recuerdos que te quiero mostrar