★ capítulo 2

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Cuando se acercó a la linea para poder comprar el libro que sostenía entre sus finas y suaves manos en su mente corrían varias preguntas que tenía aún metidas en su mente. No sabia si un libro de romance era lo adecuado para iniciar su experiencia en el mundo de la lectura, quizás iba a ser demasiado para él y le causaría el efecto contrario: odiar todo lo que tenga que ver relacionado con un libro. El castaño hizo una mueca visiblemente con sus gestos y fue llamado hasta la cajera cuando la persona delante suya fue atendida, de acercó sutil y lento dejando el libro frente a la señorita.

ㅡ Rubius, ¿Qué tal? ㅡ, La señorita le dedico una sonrisa presionando algunos botones en la pantalla que tenía frente suya y escribió algo antes de escanear el libro. ㅡ Romance, ¿Eh? Este libro es muy bueno.

ㅡ ¿De verdad? ㅡ, La vio asentir y tomó una bolsa de papel para meter su libro dentro junto unas cuantas tarjetas del local y su recibo.

ㅡ Es lindo, romántico, algo que toda persona con ilusiones de un amor perfecto amaría. Pero, se mantiene realista y no es todo color rosa ㅡ, Le entregó la bolsita y el castaño tomo posesión de ella asintiendo como un gesto de comprensión.

Hablaba mucho con esa cajera desde que comenzó a estudiar en la universidad que quedaba cercas de este lugar y no odiaba en absoluto la idea de venir diario a una librería, pero durante los últimos meses solo venía a buscar libros relacionados con su educación y su tarea. Hasta hoy, un gran cambio.

Miró por última vez a la tienda apreciando el lugar calmado y con un ambiente bajo, mentiría si decía que odiaba venir aquí. Empujó la puerta para abandonar el edificio y encaminarse hasta su casa con su mochila sobre sus hombros y la bolsita de papel donde su libro se encontraba.

El aire era fresco, era un día perfecto para estar fuera y poder disfrutar de tu vida. No para Rubius, estuvo metido en una biblioteca estudiando hasta que alguien le recomendó un famoso libro de romance que aparentemente le vendría bien o le gustaría.

Quizás aprendería algo, el castaño tenía esa mentalidad cuando de trataban de libros y lecturas que venían en un formato profesional ofrecido en bibliotecas restando los cuentos infantiles, por supuesto.

ㅡ¿A dónde vas? ㅡ, Una voz familiar captó su atención sacándolo de sus pensamientos y de las voces en su cabeza, parpadeos varias veces antes de llevar su mirada la derecha donde el mismo chico de antes estaba montado en su automóvil con su ventana abajo.

ㅡ ¿ A mi casa? ㅡ, Respondió con obviedad en su tono de voz y el azabache soltó una risa algo tierna a su parecer cuando escucho sus palabras. ㅡ No es gracioso, oye.

ㅡ Sé que vas a tu hogar, la hora de clases ha terminado hace un rato ㅡ, Dijo alto para que pudiese escucharlo desde su automóvil. ㅡ ¿Quieres que te lleve? Puedo dejarte cercas, así no te preocupas de que sepa donde vives porque admito que suena algo extraño.

ㅡ Demasiado, te conocí hace nada ㅡ, Rubius pensó un instante lo que dijo y terminó aceptando solo porque no vivía en un lugar específico siendo algo que la universidad proveía para estudiantes y no era realmente su casa, en su cabeza eso sonaba como algo más seguro. ㅡ Pero acepto, si.

No tardo en montarse en el asiento del copiloto a un lado del azabache con una sensación de adrenalina correr por su cuerpo, incluso si esto no fuera la cosa más interesante del mundo debía admitir que los "no vayas con desconocidos" y "no te subas a automóviles desconocidos" de su mamá estaban resonando en su cabeza en este preciso momento. Pero cuando el coche comenzó andar ya no habían vuelta atrás para salir corriendo, ni modo pensó el castaño.

ㅡ ¿Y cómo te llamas? ㅡ, Fue el azabache cuyo rompió el silencio en el coche mientras la música estaba muy despacio en el fondo.  ㅡ Olvidé preguntarte tu nombre.

Encima no sé ni el nombre de este hombre, a mi madre le daría un infarto con esta información, fue lo que dijo Rubius en su mente. Se incorporó mejor en el asiento sujetando bien su mochila y bolsa antes de tragar saliva para responder.

ㅡ Me llamo Rubius, ¿Y tú? ㅡ, Se encontraba orgulloso de poder socializar, nunca antes tuvo un amigo por cuenta propia ya que todos sus amigos eran mariposas sociables y básicamente conocía a todas las amistades de Luzu y Nieves.

ㅡ Vegetta, un gusto. Lamento que esto sea repentino pero solo te vi caminando, ¿Caminas esto diario?

ㅡ No sé, solo camino hasta la universidad y a la biblioteca en automático ㅡ, Miró de reojo al azabache porque admitía que le daba pena mirarlo directamente, absurdo pero era muy penoso cuando estaba socializando solo.

Por su suerte y algo que logró calmar su ansiedad fue notar que el chico sonrió ante su respuesta como si quisiera reír, intentó no sobre pensar eso y se dijo a su mismo que era algo positivo.

ㅡ  Vaya, nunca conocí a alguien que caminara tanto. Debería caminar más igualmente, ¿Qué opinas?

ㅡ No es que me guste caminar, no sé conducir ㅡ, Eso basto para que Vegetta comenzara a reír en voz alta y la ansiedad aumento en el castaño.

ㅡ Oh dios, algún día que estes libre te enseño. Hemos llegado a tu hogar ㅡ, Dijo deteniendo el coche en la dirección que le dio Rubius y eran efectivamente los apartamentos de la universidad, asintió y agradeció mil veces.

Se despidieron y Rubius prácticamente corrió hasta el edificio para esconderse de su nuevo amigo, si es que eran amigos pero para el castaño lo eran y los mejores. Suspiro dejando su espalda recargada contra una pared mientras el elevador se cerraba frente suya.

 Suspiro dejando su espalda recargada contra una pared mientras el elevador se cerraba frente suya

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⏰ Última actualización: Mar 11, 2024 ⏰

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