237 29 18
                                    


Hoy en un día tan soleado, un amargado joven observaba con molestia y hasta asco a su vecino que regaba tranquilamente las plantas, sin percatarse de su mirada. Se veía tan feliz y activo, como si ayer no se hubiera dormido hasta tarde escuchando música con el volumen al máximo.

Y pensó que lo había estado mirando tan intensamente porque el joven de enfrente se dió la vuelta y en cuando sus ojos se encontraron, este le sonrió mientras agitaba su mano saludandolo.

Esteban como el malhumorado y maleducado que era, lo ignoro por completo y volvió a entrar a su casa, ignorando la presencia del vecino de enfrente.

La paz que sentía en su hogar se vio interrumpida cuando un par de golpes resonaron por su sala de estar. Sabiendo muy bien quien era, se quedó parado frente a la puerta debatiendo internamente si abrir o hacer como si no hubiera escuchado nada.
Aunque optó por la primera porque sabía lo obstinado que era su vecino y sabía que no se detendría hasta que abriese, asi de intenso sabía que era.

— Se te perdió algo? — Pregunto con la sonrisa más fingida que pudo dar, denotando su desagrado.

— Venía a saludarte a vos y a decirte que tú gato entro a mi casa otra vez — Dijo mientras pasaba sus largos dedos por el pelaje del gato que se encontraba acurrucado entre sus brazos.

Esteban al percatarse finalmente del gato, se sintió algo apenado, pues la última vez que este se colo en casa de su vecino, el animal termino dañando un sofa, aunque al final ni siquiera pudo pagarlo porque el vecino se negó.

— Te comió la lengua el gato? — Bromeo Fran sosteniendo una pequeña carcajada, pues el vecino simplemente se quedó observando al gato sin decir palabra alguna, como si estuviera maldiciendo al gato internamente.

Esteban al instante se sintió avergonzado a más no poder, por lo que tomo al gato de entre los brazos de Fran a la par que el animal maullaba, como quejándose.

— Lo siento, otra vez — Dijo en un tono algo serio, y su disculpa tampoco sonó tan sincera, pues a pesar de estar avergonzado por culpa del gato, no lo sentía.

— No pasa nada, Estebi, solo que ahora me rompió un florero, y está vez si vas a tener que recompensarmelo — Sonrio mientras intentaba observar dentro de la casa de su vecino discretamente, como si estuviese comprobando algo.

Esteban asintió con la cabeza al mismo tiempo que bajaba al gato y sacaba su billetera de uno de los bolsillos de su pantalón.

— Cuánto querés? — Pregunto contando un par de billetes, aunque su acción se vio interrumpida cuando el chico frente a el nego con las manos.

— Pará ché, no ocupo plata, te iba a pedir que me invitarás un café o que se yo — Dijo algo avergonzado, cosa que se notó, pues sus mejillas se pusieron levemente rojas.

Esteban algo anonadado levanto una ceja en señal de confusión — No preferís que te dé la plata y tú te comprás un café? — Pregunto ofreciéndole un par de billetes.

Francisco lo miro con una cara indescifrable para Esteban, una cara como de confusión, quizá era disgusto o quizá solo era una cara de desaprobación, pero Esteban ya no supo que decir, pues tampoco pensaba aceptar invitarlo por un café.

Y al parecer, Francisco comenzó a sentirse incómodo tras ese corto silencio que pareció eterno, pues se notaba en su expresión.

— Dale pues, a que hora tenés tiempo? — Pregunto Esteban rodando los ojos, aunque algo en su interior se removió al ver la expresión de felicidad en el rostro contrario y como en sus ojos aparecía ese brillo característico de cuando algo te emociona.

— Pará, es encerio? — Pregunto Francisco con denotada emoción. — Te parece bien que nos veamos ahorita en 20? —

Esteban volvió a rodar los ojos, no por las palabras de Fran, si no porque su celular comenzó a sonar — Voy a entrar, te veo en 20 — Dijo Esteban antes de cerrar la puerta en la cara de Fran.

Aunque a este realmente no le importa, simplemente se dió la vuelta y camino a su casa con la cabeza baja mientras sostenía una sonrisa de oreja a oreja.

ㅤ/ᐠ - ˕ -マ!!

Y bueno... era solo una estúpida salida a tomar un café, no importaba realmente.
No importaba si uso su mejor atuendo para lucir más bonito. No importaba si Esteban no abrió su puerta. No importaba si el auto de Esteban no se encontraba estacionado dónde siempre. No importaba si llevaba 20 minutos o más llorando en su habitación como una adolescente a la que le rompieron el corazon. No importaba.

Por que si, Esteban no estaba en casa, quizá se le olvidó, quizá se molestó y se fue porque el iba 3 minutos tarde, no lo sabía, pero estaba muy triste, demasiado rápido se había ilusionado, creyó que su vecino, que lo odiaba a muerte, realmente aceptaría ir a tomar un estúpido café con el ser humano más patético del planeta, y bueno... no lo podía culpar.

Francisco se acomodo mejor en su cama, atento a su ventana por si veía a Esteban llegar. La verdad no sabía que le diría cuando lo vea, "Oye, te olvidaste de que teniamos una cita" Eso sonaba patético, además el no sabía si se le podía llamar cita, quizá algo como "Estuve como pelotudo tocando la puerta de tu casa por casi media hora, querés ir por un café ahora?" Quizá eso sonaba mejor... Se sintió patético pensando. Quizá lo mejor era olvidarse de todo eso, olvidarse de su vecino, olvidar sus sentimientos por su vecino, olvidarse de todo...

ᯓ★



ㅤ/ᐠ - ˕ -マ
Perdón si da cáncer de ojos, espero no le llegue al público equivocado o q tan siquiera le llegue a alguien.

ᵇᵉᵃᵘᵗⁱᶠᵘˡ.ᐟ.ᐟ ( Esteban x Fran )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora