๏┊ ❝ Malentendidos ❞

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#MarzoIglena

Semana 1: Primer beso.

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—Son las once de la noche, ¿Dónde rayos estabas metida?

—Te comportas como si fueras mi padre Ignis.

Aquel albino quien estaba junto a su mejor amiga, Selena Evan, la estaba regañando por haberse aparecido de repente en el pasillo del apartamento en el cual eran vecinos. La pelirroja solo rodó los ojos mientras suspiraba, a sus ya 24 años de edad nunca había sido atada a los regaños de su padre, sin embargo, Ignis era el único que siempre estaba al pendiente de con quien estaba, a donde iba y a que hora volvería.

—Solo fui con Ilea y Sherine al karaoke, no es para tanto. —Respondió la pelirroja con amargura mientras trataba de empujar a un lado al mayor ya que este se encontraba justo pegado a la puerta de su hogar. —Soy libre de hacer lo que se me antoje... ¡Anda, quítate que quiero entrar!

—Apestas a alcohol, además, llamé a Ilea para saber en donde andabas... ¿Sabes que fue lo que me dijo?

—Qué eres extremadamente sobreprotector conmigo.

—Además de eso... ¡Que ella estaba de viaje con su novia! —Refutó el albino con molestia mientras aplicaba más fuerza al evitar que Selena lo haga a un lado. —Vamos, dime con quién estabas y donde...

La ira de la ojiazul se estaba acumulando de manera impresionante, por lo cual, al estar borracha, los genes de la fuerza de su padre y los de su madre hicieron presencia.

Levantó con fuerza su pierna derecha para poder proporcionarle una fuerte patada en el estómago del hombre hasta hacerlo retorcerse de rodillas gracias al dolor causado, sin embargo, no daba bandera blanca al apoyarse sobre la puerta de la vivienda de la pelirroja para evitar que ella pasara.
Selena solo frunció los dientes mientras gruñia, tenía ganas de bañarse para ir luego a dormir en su cálida y cómoda cama, pero como era una total rutina, debía de primero enfrentarse a su mejor amigo de la infancia quien se comportaba de manera posesiva con ella.

—Te lo pedí de buena manera Ignis, ahora sal de mi camino o te patearé justo en donde más te dolería. —El tono amenazante de su voz haría temblar a cualquiera que la escuche, pero el albino ya se había enfrentado a peores situaciones con la fémina, esto no era nada para tener miedo.

—¿Por qué no comprendes que trato de cuidarte...? ¡Quién sabe con quien estabas bebiendo a estas horas de la noche! —Su voz aclamante era totalmente adolorida a causa del dolor en su abdomen, pero su preocupación y ganas de regañar a la pelirroja eran mayores. —Siempre ando detrás de ti... Protegiéndote de todos esos hombres con malas intenciones... ¡Pero al final me tratas así maldición!

Selena solo empezó a reír alto por esto mientras se arrodillaba a la altura del albino quien se sobaba el abdomen.

—Siempre tratas de protegerme y al final termino defendiéndote de esos abusones que intentan golpearte... ¿O me equivoco? —Los ojos rubíes de Ignis miraron a un lado mientras evitaban a toda costa cruzarse con los azules de Selena. Como siempre, ella tenía la razón, cada que él iba a defenderla de cualquier pervertido que intentase acosarla, él terminaba siendo defendido por la pelirroja cuando trataban de golpearlo.

Ella nunca lo necesitaría si se trataba de defensa personal.

—Al menos deberías de avisarme a donde vas para no preocuparme tanto... —Abrazó sus propias rodillas mientras miraba a un lado, Selena solo empezó a reír por esto mientras llevaba su mano hasta la cabeza albina del muchacho para comenzar a acariciarla, esta escena siempre se repetía desde décadas atrás, Ignis nunca cambiaría.

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