-Me debes otra, Saki~ -Dijo Hanma, me había agarrado como lo hizo en el enfrentamiento de la Tenjiku, me agarró justo antes que un camión pase por donde estaba, quede sorprendido, casi muero...
-¿Cómo...? -Quede en silencio. Hanma me había salvado...
Si no fuera porque Hanma me agarró justo antes que un camión pase donde estaba parado, ahora mismo estaría muerto. Esa herramienta me salvo la vida y ahora había escapado con ella, nos fuimos a las afueras de la ciudad dejando todo atrás, solo pasamos rápido por el departamento de Hanma a agarrar un par de cosas como dinero y ropa. Solo escapamos, sin mirar mucho atrás, era esto o la cárcel, y la carcel no era una opción. Ahora estábamos los dos sentados en la cama de una habitación en un hotel barato de otra ciudad, habíamos llegado hace un par de horas, solo nos bañarnos y nos cambiamos la ropa, los dos estábamos mirando a un punto fijo del suelo, en shock.
Mi raro dolor de vientre no me dejaba en paz, mi mente y mis pensamientos daban vueltas, la ansiedad de no saber lo que podía pasar ahora en adelante, me estaba matando. De un momento al otro tuve que dejar todo... Tuve que dejar a mi amada atrás, Hinata Tachibana. Todo se fue a la mierda, las palabras de Takemichi aun me resonaban en la cabeza, ¿Cómo que viajes en el tiempo? No entiendo nada, pero ya que, no hay nada más que hacer, ya no importa esas palabras, lo único que me queda es estar con Hanma. Ese idiota, no entiendo porque sigue estando a mi lado, no entiendo porque me salvó, pero me siento aliviado que él este conmigo, su presencia me relaja y a la vez me molesta, pero me gusta que este. Ese idiota me salvó. No entiendo porque lo hizo, pero lo hizo.
-Bueno, al menos ya nos escapamos y estamos un poco más seguros. -dijo Hanma rompiendo el silencio y mirándome, decidí mirarlo y por primera vez veía una expresión de preocupación en la cara de Hanma aúnque este trate de ocultarla.
-Hanma, ¿estas bien? Nunca te vi con una expresión asi. -dije y voltee mi mirada hacía otro lado.
-Tranquilo Saki, estoy bien. -me respondió Hanma, decidí no decir nada. -Kisa. -le respondí con un sonido de afirmación. -¿Qué hacemos ahora?
--Hay que salir del país, sería lo mejor pero, de momento hay que tratar que no nos reconozca. -Hanma solo chasqueo la lengua.
-Mierda.
-Es lo que toca, yo también voy a tener que cambiar el color de pelo. Mañana compramos tinturas.
-Esta bien. -Hanma se acostó en la cama boca arriba. -¿Venís a dormir?
-Más te vale que no me abraces en la noche porque te cagó a trompadas. -Me acosté en la cama, justo a su lado.
-Malo, yo solo te quiero dar calor con mis grandes brazotes.
-Callaté, sucio maricon.
-No te hagas el difícil, yo se que quieres que te abrace. -Hanma me sonrió con su característica sonrisa.
-No soy gay para eso, ya duérmete, mierda. -Dije eso y me voltee dándole la espalda y cerrando mis ojos. Hanma solo chasqueo la lengua y también cerro los ojos. En un par de minutos los dos caímos dormidos y en un par de minutos más Hanma abrazo a Kisaki por la espalda.
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