Perdidos en el mismo camino

El comienzo

Mi nombre es Sayaka Nanami tengo 15 años y estoy en la secundaria Shuei, hoy es mi primer día y debería estar en la ceremonia de bienvenida pero en vez de eso estoy afuera por haber llegado tarde. Mire al suelo resignada, no era la primera vez que me ocurría esto y no era por quedarme dormida o algo así sino porque era distraída hasta la espina. Me senté en el suelo y pensé en todas las cosas que malas que ocurriría si me perdía mi primer día de clases, partiendo por el hecho de que quizás sería marginada por el resto de mi vida escolar, todas las amistades se hacían el primer día y yo aparentemente no sería parte de ninguna de ellas.

—¿Tienes algún problema?

Me interrumpió de mis pensamientos la voz grave y la repentina sombra que apareció sobre mi, mire hacia arriba y ahí estaba el chico más grande que había visto en mi vida, quede boquiabierta y asentí rápidamente.

—Me quede afuera por llegar tarde, es mi primer día.

—También el mío—sonrió amablemente— si quieres puedo ayudarte a subir, las clases aún no comienzan.

—¿En serio harías eso? Wow, estaría eternamente agradecida.

Me ayudo a levantarme y antes de que lo supiera estaba del otro lado de la cerca. No podía con la felicidad de saber que no me convertiría en una marginada por faltar el primer día de clases, de hecho ya contaba con un amigo.

—Mucho gusto mi nombre es Takeo Gouda.

—Mucho gusto mi nombre es Sayaka Nanami pero puedes llamarme Nana.

—Bien Nana-san, deberíamos ir a clases.

Después de agradecerle y bromear sobre que pensé que era mayor fuimos hacia el salón que era el mismo que Takeo, estaba muy feliz de saber que ya contaba con un amigo.

Me fui a sentar a mi asiento que quedaba al lado de la ventana y pronto unas chicas se acercaron a mí, nos presentamos y todo iba bien hasta que comenzaron a bombardearme con preguntas. "¿Eres amiga de ese mosntruo? ¿Podrías presentarnos a Sunakawa-kun? ¿Por qué gente como ustedes habla con chicos como él?" ¿Era en serio? Era el primer día de clases y ya comenzaban con el odio irracional, podría apostar a que nisiquiera se le paso por la mente hablar con Takeo solo lo juzgaron por su apariencia. Las mire con desagrado y las corte.

—Takeo-kun es una buena persona, si no lo conocen no tienen el derecho de hablar mal de él, deberían darse el tiempo de conocerlo, pues vale más la pena que conocerlas a ustedes—sentencie.

Me miraron con odio y sin ninguna otra palabra se alejaron de mí. Genial ahora me odiaban, debía reconocer que me sentía mal aunque no sabía muy bien porqué.

—No tienes que sentirte mal, hiciste lo correcto.

Mire al dueño de la voz que era el chico que se sentaba a mi lado, era rubio y su mirada estaba llena de indiferencia.

—Huh?

 Nos miramoa por un rato sin decir nada, dio un suspiro y volvió la mirada hacia su libro hundiendose en él.