DOS

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— ¡Corre! Busquemos un sitio en el que refugiarnos —. Gritó el acompañante de Taehyung, quien lo tenía agarrado de la mano.

Ambos estudiantes corrían por las calles del centro de Londres, empapados por la lluvia. Las camisas del uniforme escolar se pegaban a sus torsos y chorreaban, al igual que su pelo. Al exhalar por la boca salía humo blanco, debido al contraste del calor corporal que sentían al correr y el aire frío que respiraban.

Aquellas carreteras y aceras estaban desiertas, solo se podían observar las luces que iluminaban la noche. Se oían truenos muy fuertes y a lo lejos se visualizaba la gran luz que provocaban estos por unos instantes.

Taehyung y Jungkook eran los únicos idiotas que se les había ocurrido salir aquella noche de tormenta a pesar de haber sido avisado en las noticias

— ¡Ahí hay una cabina, vayamos! — Señaló a una pequeña cabina telefónica roja, las muy conocidas en Reino Unido.

Abrieron apresuradamente la puerta y se metieron con rapidez, cerrándola. Con la respiración agitada se apoyaron en las paredes de estas.

— ¿Cómo se te ocurre salir así? — Preguntó Kim, enfadado.

— Vamos, amor, no te enfades. — Contestó su novio con una sonrisa en la boca —. Me gusta incumplir las normas, ya sabes, la adrenalina del momento.

Taehyung solo se limitó a suspirar y cruzar sus brazos sobre su pecho.

El pelinegro desabrochó los botones de su camisa después de guardar la corbata roja del uniforme en su bolsillo.

— ¿Qué haces? — Preguntó el rubio cortante.

— Intentando no morir de una hipotermia —. Dejó su pecho liberado, a los ojos del mayor —. Deberías hacer lo mismo.

— En tus sueños, Jeon —. Rodó los ojos, evitando posar su mirada en el torso contrario.

Jungkook se acercó a su novio, obligándole a mirarlo a los ojos. A pesar de ser menor que Kim, solía ser muy atrevido cuando se trataba de molestarlo.

— Ambos sabemos que te gusta que esté con la camisa abierta.

— Estamos en la calle, Jungkook —. Apartó la mirada.

El pelinegro chasqueó la lengua.

— Qué más da, no hay nadie en la calle ahora mismo. — Agarró la cintura de su novio, pero este forcejeó. — No te apartes.

Taehyung solo suspiró y se dejó agarrar. Sentía el trabajado pectoral del menor contra su pecho. El aliento del contrario contra su rostro, se miraban, sumergidos en los ojos del otro.

Jeon, sin previo aviso, posó su mano en la nuca contraria, acercándolo para besarlo. El rubio no se negó, ni apartó. Fue tan simple como seguir el beso de su novio, que empezó como un beso normal, hasta llegar a utilizar lenguas.

Ambos entraron en una pequeña lucha por quién tomaba el control, a ambos les gustaba tener el control, algo por lo que siempre competían.

Aunque compitieran, los dos sabían que Taehyung, a pesar de gustarle tener el control, aún amaba más ser controlado por el menor, y este jamás lo aceptaría, solo le gustaba hacerse el duro.

No fue hasta que soltó un pequeño jadeo al sentir la mano de su novio sobre su trasero que Kim reaccionó, apartándose de Jungkook.

— Ni se te ocurra —. Espetó molesto —. Acabamos de hacerlo.

El pelinegro se acercó y se apoyó con una mano contra el cristal, para después acercarse al oído de Taehyung y pronunciar:

— ¿De verdad que no quieres? — Preguntó susurrando — El rubio negó con la cabeza mientras se agarraba a los hombros de su novio ante el escalofrío que recorrió su cuerpo de pies a cabezas por la excitación. — ¿De verdad que me vas a negar que no te apetece follar en esta cabina telefónica, con la lluvia cayendo, de noche y nadie más que nosotros dos en esta calle? Vamos, Taehyung, déjame follarte tan bien hasta que todos en sus casas te escuchen gritar mi nombre.

01. GIVE ME MOANSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora