── ¡ 𝗆𝗂 𝗇𝗈𝗏𝗂𝗈 𝖾𝗌 𝗋𝖾𝖺𝗅 ! ୨ৎ 𝘀𝗲𝗼𝗸𝗵𝗮𝗻

seven

—¡Seokcito! Estoy día a día queriéndote ¿para que me pagues así?—preguntó Hong a su gato menor.

—No seas exagerado, es que lo tienes olvidado. Mucho EunSeok poco Seokcito, así que vino a mí en busca del amor que no le das—respondió su hermana mayor acariciando tranquilamente al felino. Acercó su oreja al animal como si este le hablara—Ups, dijo que EunSeok es un perro, feo y pulgoso.

—¡Seokcito! ¡No hables así de tu padre!

—Dijo que prefiere que lo dejes sin sus cositas antes que ser hijo de ese.

La conversación se vió interrumpida exactamente por la razón principal de la pelea familiar, Song EunSeok, que llamaba al celular del menor de los hermanos.

—Es el pulgoso, Seokcito, escapemos—dijo la chica para luego irse corriendo llevándose a la mascota con ella probablemente su habitación.

SeungHan solo negó con la cabeza riendo mientras iba por su teléfono y contestaba inmediatamente.

—Hola, príncipe.

—Hola, Eunseok, ¿cómo va el reporte?

—Mal, de hecho estoy tomándome un descanso, ahora me dedico a pensar en tí.

—¿Y cómo te va con eso?—con una risa y su mano jugando con su propio cabello se sintió una adolescente enamorada como las de las películas.

—Bien, supongo, solo conseguí extrañarte más.

—Okay, no es una materia, pero te pongo un 99/100.

—Oye, ¿y por qué no un cien?—se quejó y SeungHan asegura que hay un puchero en los labios del mayor por lo que ríe con felicidad.

—Te daré punto extra si me besas.

—Ey—alargó la última letra—Eso no es justo, no puedo hacer eso.

—Qué lástima.

Siguieron bromeando por unos minutos más, el corazón de SeungHan daba suspiros de enamoramiento, el mayor solo hablaba y él se sentía la persona más afortunada.

—Seung...Sé que solo tenemos un año juntos, pero cuando Jay me planteó la idea de vivir aquí...Yo no pensé en el tiempo, yo solo sé que quiero estar contigo, no me importa arriesgarme a nada si será a tu lado.

—Seok, es un paso muy grande, es difícil decidir solo de un día para otro.

—Lo sé, tranquilo, lo sé y lamento haberte puesto esa presión.

Aún así la mente de jungwon no se tranquilizaba, solo por una cosa.

—Y también...

—¿Qué?

—Si yo-si yo no fuera contigo...Eso sería un problema ¿cierto?

Y no tenía que decir mucho más, EunSeok sabía a que se refería y obviamente era algo que él también pensó por muchos días.

Tenemos tiempo para pensar en esto, Seung—no lo dijo directamente, él tampoco tenía idea de en dónde quedaría su relación, dependía de sus decisiones—Pero estaremos bien, ya verás, todo estará bien.

SeungHan sonrió y se decidió por dejar de pensar tanto en ello por ahora—Bien.

—Lo resolveremos juntos. ¡Jah! por cierto, te tengo un regalo.

—¿Un regalo?

—Sí, llegará luego espéralo.

—Seok, no tenías qué-

—Sí tenía qué, necesito encontrar mi respuesta en tus brazos.

—¿Qué-?

—Adiós— y cortó dejando a un SeungHan confundido.

Era un martes cuando SeungHan pudo por fin volver a ver al par de sus amigos desde el día en que se enojó con ellos.

Ingresó al salón de clases sintiendo las miradas específicas de dos personas, sin embargo ninguno dijo nada. Pasó la clase normalmente y al final de esta se levantó para dirigirse a la puerta pues había receso, sabía que SungChan y WonBin estaban pensando que se iría sin ellos, pero ese no era su plan. Los esperó, pero sin expresión en su rostro y ni una palabra salió de su boca.

Se fueron los tres en silencio.

—Hannie, sé que no quieres hablarnos, no tienes que hacerlo si es así, solo queríamos pedirte perdón— habló el mayor con una mirada apenada.

—Sí, no actuamos como verdaderos amigos, no sabemos bien por lo que estás pasando, pero estamos aquí para tí.

SeungHan los miró a ambos y nadie dijo nada mientras de sus bolsillos buscaba dos objetos que les entregó a los mayores. Ambos miraron el dulcesito que su menor les ofrecía y sonrieron con ternura, no había necesidad de decirles que los perdonaba, era un acuerdo tácito de parte de Hong para no hablar más del tema.

—Como sea, quedaron como tontos.

—¿Eh?— dijeron al mismo tiempo y el menor rió como si fuera algo obvio.

—No tengo novio, les mentí.

Los contrarios solo se miraron extrañados, porque sí, nunca le habían creído, pero el llanto de aquel día no podía ser por nada, aunque todavía no conectaban los puntos por lo que lo dejaron pasar.

—Bueno, es raro que lo aceptes ahora, pero nunca te creímos.

—Oh, claro que sí, en el fondo si cayeron por mi broma.

Y Hong les regaló una sonrisa inocente que los dió calidez al corazón del par.