Hinata Shoyo estaba harto de los tratos de su novio hacia él, sentía tantas emociones, entre ellas la furia por no poder hacer que su novio fuera mas lindo, más cariñoso, más amable, pero lo único que obtenía a cambio eran peleas, pero al menos lo h...
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Rematar, la precisión con la que la pelota llega a su mano es algo que siempre ha descrito como perfecto, de hecho podría decir que es algo con lo que ha estado fascinado desde que conoció a Kageyama. Pues estaba claro que el rematar junto a Kageyama era algo de conexión, independientemente si entrenaban demasiado, o solo lo hacían por diversión, haber entrenado toda la preparatoria con el le traía recuerdos algo muy hermosos, pero ahora que su armador principal era Atsumu, era algo raro, pues estaba tan acostumbrado a los gritos de Kageyama que ni siquiera se da cuenta a veces de que Atsumu Miya lo elogia demasiado.
"¿Que haces? Hinata." Bokuto se sentó a su lado, mientras tomaba un poco de su agua, estaba algo angustiado, pues la actitud de Hinata en los últimos días se miraba decaída.
"Extraño la preparatoria..." Bokuto lo miro, Hinata sonrió melancólico.
"¿Extrañas la preparatoria o solo extrañas los pases de Kageyama?" Se levanto y se estiro, Bokuto parecia que se habia detenido en el tiempo, pues parecia no envejecer, se miraba igual que en la preparatoria, solo que mas ancho de musculo. "Tenemos que entrenar si algun dia quieres representar a Japon en las olimpiadas." Dijo y se fue.
Hinata sintio algo raro en el pecho, algo que no habia sentido hace mucho, pues era verdad, extrañaba a Kageyama, no especificamente sus pases, pero si su compañia.
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Era oscura la noche, pero las estrellas hacian su trabajo para iluminarla, cada vez Hinata asimilaba un poco mas lo que Kageyama le habia dicho. A Hinata lo aterraba aquel sentimiento, ni siquiera podría describir con palabras que era lo que exactamente sentía, más al saber sobre eso, saber que a Kageyama le gustaba.
¿Cómo fue? Tenía tantas dudas que ni siquiera podría preguntárselas, ahora mismos se encontraba caminando hacia su casa, después de un largo entrenamiento, ahora casi no cruzaba palabra con Kageyama, hacían apenas tres días que se había enterado de los sentimientos que Kageyama tenía por él, ¿debería rechazarlo? Era la pregunta que más pasaba por su cabeza.
"Llegue a casa..." dijo un poco desanimado, ni siquiera se acercó a la cocina a hablar con su madre o algo, ni siquiera sabía cuál era su orientación sexual, si era completamente Gay, o si le gustaban aún las chicas, independientemente de eso, sentía la presión en el pecho de imaginar a Kageyama enamorado de él, pues siempre ha tenido la imagen de él muy frío, y muy sombrío, poco amable y ni hablar de que era con quien más discutía. "Tontoyama... eres un idiota." Era lo único que podía decir.
Aquella noche no descanso como debería, pues llevaba las últimas tres noches así. En la escuela seguía pensando en la misma situación, no dejaba que pensar en eso, una chica lo sacó de sus pensamientos, que en su opinión personal, para Hinata esa chica era bastante linda.
