Capitulo 1

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Narrador omnisciente

Era una tarde de lluvia, en la cafetería había mucho trabajo y ellos ya estaban agotados, pero tenían que seguir.

Mirian estaba limpiando una mesa, cuando   dos clientes llegaron, ella decidió ignorarlos pensando que su amiga Elizabeth los iba a atender.

-Mirian- escuchó que su amiga la llamaba- necesito que atiendas a los clientes que acaban de llegar, yo no puedo.

-Y Luka?- preguntó por su mejor amigo, que también trabajaba ahí.

-Está cocinando, así que te toca ir a vos.

-Okey- suspiró y puso su mejor sonrisa mientras se acercaba a la mesa dónde habían dos chicos.

-Hola, bienvenidos a nuestra cafetería.

El chico de ojos azules la miró por un largo tiempo. Su amigo al notarlo le pegó por abajo de la mesa.

El castaño le sonrió a Mirian como si nada y pidió un café.

Mirian notó lo que había pasado, pero siguió como si nada. Aunque no podía negar que el pelinegro tenía unos lindos ojos azules.

-Yo quiero un café con leche y unas tostadas- pidió el pelinegro.

-Perfecto, en un rato se los traigo- la castaña sonrió y se alejo de ellos.

-Dos cafés, uno con leche y tostadas- le dijo Mirian a su amigo que estaba en la cocina.

-Enseguida.

-Mirian- su mejor amiga la llama y se acerca a ella- es lindo.

-¿Quién?-pregunta Mirian algo confundida.

Su amiga sonríe y señala con la cabeza al pelinegro que hablaba con su amigo.

-Si, es lindo.

-Ay, te lo dejo a vos. Yo prefiero a los rubios.

-Pues.... Es lindo, lo admito.

-Yo le pido el número.

-¿Qué? No hace falta Eli, no es que me guste o algo así.

-Te parece lindo y es algo.

-Está bien- suspira y sonríe- pero lo harás cuando se estén por ir.

-Perfecto, ahora anda con ellos que la orden ya está lista.

Mirian agarra una bandeja y pone los cafés con las tostadas.

Va con ellos y deja los cafés y las tostadas en la mesa.

El castaño le dedica una sonrisa, mientras que el pelinegro solo la mira con una seriedad que asustaba a la castaña.

Thomas le dió un codazo a su amigo disimuladamente, algo que lo hizo reaccionar.

-Gracias- dijo con la voz ronca.

Mirian solo asintió y se fue de ahí.

-¿Estás bien?- le preguntó Thomas a Alex.

-Si, no te preocupes.

-Recuerda que tu mamá va a venir mañana de España....

Alex no dijo nada y siguió tomando su café.
Thomas al notarlo solo suspiró y no dijo nada más.

Mirian estaba hablando con su amiga, mientras limpiaba una mesa cuando escuchó que los chicos pedían la cuenta.
Sabía que su amiga iría a pedirle el número así que salió corriendo a la cocina dónde estaba su mejor amigo Luka.

-¿Qué pasa?- le preguntó su amigo al verla escondida espiando por la puerta.

-Es que Eli le va a pedir el número a ese chico para mí.

-Hola, soy Eli

Los dos chicos la miraron, de manera diferente.... Mientras Thomas sonreía, Alex estaba serio, como siempre.

-Un gusto Eli- le dijo Thomas.

-Me das tu número para mí amiga?- se dirigió a Alex, que solo la miraba sin expresión alguna.

Thomas al ver qué su amigo no tenía intenciones de responder, habló por el.

-Claro, yo te paso su número- dijo Thomas, mientras ignoraba la mirada de su amigo.

-Gracias-dijo la rubia antes de irse para la cocina.

-¿Qué pasó?-preguntó Mirian.

-Me lo dió, en realidad su amigo porque se ve que no quería hablar.

-Entonces es mejor que no le escriba.

-Seguro tenía vergüenza, no te preocupes.

-Yo lo vi serio-se metió Luka a la conversación.

-Luka, no ayudas- le dijo su hermana.

-Lo siento Eli.

-Los hombres son así, le dan vergüenza ese tipo de cosas, tranquila Mimi.

Mirian sonrió y vio como los dos chicos se iban de la cafetería....

-¿Por qué le diste mí número?- Alex le preguntó a su amigo con la misma seriedad de siempre.

-Porque se que vos querías hacerlo.

-Es linda, pero no sé- Alex se arrepintió de lo que dijo- no es mí tipo- se subió al auto y empezó a manejar.

-Ya, vamos a hacer que te creo-dijo Thomas sonriendo.

-Es la verdad, no es mí tipo. Sinceramente prefiero a las rubias- Alex trató de hacerle creer a su amigo eso aunque el sabía que había quedado embobado por esos hermosos ojos cafés.

-¿Desde cuándo te gustan las rubias?

-Desde siempre.

-No te creo, para mí te encantó la chica.

Alex no dijo nada y siguió manejando.

En la cafetería Mirian y Eli estaban cerrando el lugar mientras Luka estacionaba el auto.

Una vez que cerraron todo, se subieron al auto y fueron para su casa.

La noche en la que empezó todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora