Hora de irse

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Jamás en mi vida me había subido a un avión y no sabia como se sentiría. Tenía los nervios a flor de piel, tanto que casi casi se le podían pegar a otra persona. Cuando nos subimos al avión, mis amigos me miraron, se miraron y rieron:
- ¡¿Qué?!- pregunte casi gritando.
-Nada, solo que estas exagerando, no es para tanto subirse a un avión- dijo Ed entre risas.
- Jaja, para mi si porque nunca me he subido a uno- dije un poco avergonzada.
-¿Ni si quiera a los de las ferias? ¿Los que solo dan vueltas?
-No, mi mamá no me dejaba- dije mas avergonzada y ellos rieron ante mi respuesta.

Amy sabia lo que era estar en un avión puesto que ella es adoptada y fue adoptada en Australia y sus padres adoptivos se la llevaron a vivir a California. Edmond sabia lo que era estar en un avión por todos sus viajes con su familia, pero no había pasado mas de 4 horas en uno, estaba un poco nervioso, pero no lo quería demostrar y en estos casos se mostraba mas gey de lo habitual, quería pasar por un chico que estaba ahí para cuidar a sus 2 mejores amigas ante cualquier situación, pero por todo el nervio, no le salía tan bien.

El avión despegó y yo me quede en shock. Todo se veía muy chiquito. Me di cuenta todo el cambio por el que pasaríamos: California es un lugar caluroso y hacia donde nos dirigíamos, Londres, es muy frío.

Después de un rato volando, empece a sentirme mal, me dieron mareos y nauseas pero la suerte vino a mi y no vomite, se me paso y todo quedo olvidado. Mi madre me heredo un par de fobias, entre ellas una que no sabia que tenía: la "brontofóbia", que según Amy explica el porque me sentí mal y porque a mi mama no le gustan los aviones. También le tengo fobia a las tormentas y según, por medio de el capitán, una tormenta se aproximaba, me dan miedo los rayos, truenos y relámpagos. Edmond trato de tranquilizarme, mas no lo logro ya que es una de mis tantas fobias que no he podido controlar.

Los Días PerdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora