café de otoño

Jax se encontraba solo en una de las mesas, con la mirada perdida en su taza de chocolate, recordando sus momentos del pasado en aquel lugar...

Las cafeterías famas fueron su lugar favorito para comer, mucho menos cuando era otoño, pero podía soportar eso, solo para molestar a Ragatha las veces que quisiera y llenar su vacío ser del mal dia que tenia. En muchas ocasiones se encontraban en una de las mesas de aquella cálida cafetería, atrapada por el sutil aroma de las delicias y en los murmullos de las platicas ajenas. Nunca pudo entender, el porque le gustada pasar las horas y horas en aquel lugar, si el servicio era tan lento en esas fechas.  -"vale la pena por un buen café de otoño"- , decía con una amplia sonrisa en el rostro, aquella era su debida favorita, un que solo se tratase de un simple café añadiéndole "de otoño", acompañado de unas galletas duces. 

Cuando la estación se hacia presente, por alguna extraña razón, era donde más solían encontrarse en tal acogedor lugar; después del trabajo, los fines de semana o simplemente a petición de la peli roja. Le encantada hacerle bromas con un ciempiés en su café, espelucar su rizado cabello, agarrarle de las mejillas y decirle "muñeca", quitarle su gorro morado sin permiso y presumir de su altura,incuso hacerla enojar hasta que gritara de la rabia, llamando la atención de los demás clientes. Muchas cosas podían pasar mientras esperaban su orden; luego disfrutaban de una larga pero tranquila charla, acerca de sus problemas, chistes malos de parte de los dos, e indirectas sobre la actitud del otro. Cosas que el disfrutaba pero que no pensó que perdería.

El recorba todo eso con exactitud, nunca olvidaría esos hermosos recuerdos, esa cálida sonrisa en esos finos labios, su encantadora voz y el intoxicante aroma a café que siempre la acompañaban, pero lamentablemente para el, ella la no estaba... 

Tuvo que irse a otra ciudad por motivos de trabajo y no pudo hacer nada para detenerla.

Le dolía el pecho de saber que no estaría junto a ella durante un largo tiempo, ¿quien la escucharía cuando tuviera un mal dia? ¿quien le haría bromas con su peor miedo? ¿quien la haría reír a carcajadas hasta que le dolieran los huesos? sinceramente le preocupaba que cayera en un terrible desconsuelo.Pero en el fondo era el que necesitaba que su corazón de ella estuviera lleno.

Suspiro profundo y le dio otro sorbo a su chocolate. 

En lo mas profundo de su memoria se hallaban sus ultimas palabras, de las cuales se enamoro y en su alocada mente las guardo, como una promesa que ella dejo. "-¡cuando nos volvamos a ver!, te invitare a un café de otoño...-"

Mientras tanto el con paciencia su regreso esperaría...

FIN