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En Boston, Jeon Jungkook olvidó las enseñanzas de su papá, usaba falda y mucho lápiz labial. En la gran ciudad encontró la libertad junto a su más grande amor

— Mi precioso Kim, ante el mundo seremos familia, pero ahí— señaló con el dedo indice, pero con la mirada fija en Kim —profesaremos nuestro amor, libres a nuestra manera, porque solo así encontramos la libertad—

—Jeon, ha sido el placer de mi vida conocerte, mi único y verdadero amor— y se besaron como si fuera su último beso

Verano del 86 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora