Te estoy observando.
Tu me ves,
yo te veo.
Estamos hablando.
Me encanta hablar contigo,
porque consigo olvidar que quizás,
quizás nunca serás mía.
Quiero besarte,
quiero besarte en este incomodo silencio,
donde nos miramos de forma timida y,
tratamos de comunicarnos de una forma en donde
no tengamos que expresar verbalmente lo que pensamos.
Estoy profundamente enamorado de ti.
Quizás tu no de mi,
pero el hablar contigo me causa una inmensa satisfacción.
Me calma y me confunde a la vez,
es un placer culpable ya que,
sufro y disfruto a la vez.
Ya no estamos hablando solamente.
En este momento estamos jugando con el regalo que
alguien mas te dio.
El resto mira.
Todos tienen sus ojos posados en nosotros.
Pero esto es solo un juego de amigos.
Desearía que fuéramos mas que amigos.