Una historia en la Isabela Martinez y su amiga Martina Reyes conocen a un par de chicos los cuales terminan siendo muy cercanos.(No se que poner acá sorry)
Ya había llegado la hora, Matías ya estaba al frente de mí casa, tocando bocina, nerviosa, empecé a caminar hacia su auto mientras miraba el piso, no le podía mirar los ojos.
Finalmente llegue a la puerta de su auto, sin otra opción, levanté la cabeza y le mire los ojos, el tenía una sonrisa de oreja a oreja.
-Hola- Dijo el castaño mientras seguía sonriendo. -¿Todo bien? ¿Por qué esa cara de orto?- Dijo.
-Hola, sisi todo bien- Fue lo único que se me ocurrió en el momento. -¿Y vos?, ¿Cómo estas? Tanto tiempo- Dije.
-Todo bien ahora que estoy con vos- Dijo Matías, sin mirarme, mientras arrancaba el auto.
Solté una sonrisa sin dientes, no quería que se diera cuenta que me encantaba.
Emprendimos camino sin una sola palabra, estaba todo en silencio, pero no uno incómodo, uno en el que podría estar años.
Yo observaba cada detalle de su cara, como la primera vez que lo vi, su mandíbula estaba marcada, cómo si estuviera enojado, definitivamente, el me encantaba.
-¿Que te pasa Isabela?- Dijo frunciendo el seño.
Salí de mí viaje astral y volví a la tierra.
-N-nada- Dije nerviosa.
-Ah dale bajate que llegamos- Dijo mientras bajaba del auto.
Lo tengo que admitir, tenía miedo de que me lleve de nuevo a ese hotel para hacer lo que la última vez hicimos. Mí trauma.
Baje del auto y me sorprendi al ver un lugar hermoso.
Por suerte apenas entre pude sacar una foto:
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Estaba vacio, y al perecer iba a estar así el resto de la cena.
-Es hermoso, gracias- Le dije a Matías sonriendo.
-No tanto como vos- Dijo mientras se acercaba a mi.
-Perdon- Dijo mientras se alejaba de mí.
-¿Perdón que?- Dije confundida.
-Por todo, por no hablarte por dejarte con dudas, por dejarte así nomás, soy un cagon, posta perdón- Dijo mientras sus ojos se ponían cristalinos.
Me quedé en shock, no me había preparado para responder a esto, me esperaba todo menos esto.
-Esta bien si te enojas, fui un boludo, y yo no soy así, nosé que me paso- Dijo mirando esta vez, al piso.
-Tranqui- Dije mientras agarraba su menton para que levantará la cara y me mirara a los ojos. Me sorprendi al ver que se le caían las lágrimas. -No te pongas así Mati, yo también fui una boluda- Le dije mientras lo abrazaba.
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-Estuvo buenísima la comida, gracias- Le dije a Matías mientras buscaba la llave de mí departamento.
-No denad- Lo interrumpio el sonido del motor del auto, intento arrancarlo y no, no andaba. -Uh la puta madre me quedé sin nafta- Dijo mientras giraba a mirarme.
-Quedate en mí casa a dormir y mañana lo solucionamos- Dije.
-Bueno si vos decís- Matías.
Entramos a mí depto y lo primero que hice fue ir a bañarme, sin antes avisarme a Matías.
Salí del baño y el estaba mirando el celu, parecía tranquilo.
-Si querés date una ducha rápida- Le dije por si no quería irse a dormir sucio.
-Na ya está, si no es con vos no me baño- Dijo mientras se giraba a verme.
-Sos boludo eh- Dije.
Prendí el aire y lo puse a 20° para que esté más fresquito. Matías se acostó a mí lado y quedamos cara a cara.
Después de un ratito de silencio dijo:
-Date vuelta- Con un tono autoritario.
Le hice caso y sentí como se acercaba a mí despacio, cómo si tuviera miedo, hasta que por fin me abrazo por detrás mientras me agarraba la cintura.
