Capítulo 1
Me estaba casi ahogando por el chiste que había contado mi madre, íbamos camino a la playa para unas relajadas vacaciones y el ambiente familiar era agradable.
—ya, cariño. —dijo mi madre, riendo.
Yo solo me enfoque en el paisaje de un bonito bosque abundante bajo el grande sol que daba mi ventana derecha.
Después de eso simplemente escuché un grito de mi madre y caímos. Aunque no lo crean todo fue en cámara lenta haciendo más potente el impacto psicológico, me golpeé la cabeza, se me nubló la vista y caí inconsciente.Desperté en una camilla de hospital, nunca me gustaron esos lugares, tan blancos que me dan ganas de vomitar y con ese olor tan peculiar que me desagrada.
—joder, no puede ser —dije para mi misma.
Luego entro un doctor, lo supuse por la bata larga y blanca que traía. Entro mirando unos papeles y no se dio cuenta que estaba despierta hasta unos segundos después.
—señorita. —dijo.
—¿mis padres? —pregunté, no tenía cabeza para pensar en otra cosa, ni siquiera en mi estado físico.—ellos...lo lamento, su padre.
Caí en la camilla, rendida.
—¿mi madre?
—ella esta bien, en cuidados intensivos.Y ahí me di cuenta, mis piernas, ¿porque no las sentía? Las tenía, estaban ahí, pero no las podía mover.
Las toque desesperadamente y le lance una mirada al chico.—quiero que esté tranquila, usted sufrió un golpe en la cabeza que provocó que quedara paralítica temporalmente, con kinesiología sanara.
—¿me podría dejar sola?
—claro.Se fue y me rompí, realmente no estaba bien, creo que nadie estaría bien en mi lugar, perdí a mi padre, no puedo caminar y por suerte mi madre está bien.
Lloré toda esa noche en silencio, claro, tenía rabia, pena y miedo, miedo por el futuro, por lo que podían pasar.
Lunes, 8:34 AM.
Entro una enfermera.
—disculpe. —dije yo— ¿podría ir a la azotea? Quiero ver.
—lo siento, no puedo llevarla ahí, pero si quiere puedo llevarla a una ventana que da hacia la ciudad.Asentí y ella me administró unos medicamentos, por suerte no tenía suero, por lo que deduje que había estado mínimo 2 semanas hospitalizada.
La enfermera me ayudó a sentarme en la silla de ruedas y empezó su recorrido.
—¿podría ir sola? Por favor, necesito pensar.
Realmente lo necesitaba, estaba pensando muchas cosas innecesarias.
Iba por los pasillos analizando todas las personas que salían y entraban de las habitaciones, las que lloraban por la pérdida de un ser querido o las que llevaban consigo un ramo de flores.
La vida y el destino son cosas elegidas para cada persona, cosas que no puedes cambiar.
Llegué a la ventana, era gigante y daba a la ciudad bañada por el sol, mirando me pregunté porque de la nada todo cambió y ahí me di cuenta que la vida puede cambiar en un momento, puedes llegar a tener todo y perderlo en su un segundo.
Moví mi silla de rueda para volver a la habitación y sin querer pise a una persona.
—oh, discúlpame. —dije mirándolo, era un chico alto, tanto que me dolía el cuello al mirarlo.
Él se sobresaltó y hizo una reverencia tras otra.
—no, no te preocupes, fue mi culpa.
"No, fue mía" dijo con señas. era mudo, la verdad no sabía mucho lenguaje de señas pero prácticamente movió el dedo índice de un lado a otro y se apuntó a él, por conclusión: "no, fue mía"
Le di una sonrisa, era bastante guapo, se notaba que iba al gimnasio y tenía el brazo derecho tatuado, un piercing en el labio y su cabello de un color obscuro se repartía en su frente, era un modelo.
—disculpa si molesto, ¿que te trae por aquí?
Vamos, era obvio el porqué le pregunté, realmente me interesaba ese chico.
Al parecer él leyó mis labios y rápidamente salió corriendo hacia un pasillo, quedé analizando unos segundos, ¿le habrá molestado mi pregunta?
Minutos después llegó, exhausto, con una pizarra y un plumón en su mano y empezó a escribir:"Soy mudo, de esta manera me puedo comunicar más cómodo contigo"
Lo borro y volvió a escribir:
"Estoy aquí por un accidente que me dejó así, según los médicos en algunos meses volveré a hablar :D"
Borró y escribió nuevamente:
"¿Porqué estás aquí?"
—¿puedes leer mis labios?
Él asintió.
—bien, tuve un accidente y...no puedo mover mis piernas —las presiono— no por un tiempo, según los médicos.Él simplemente me miró, me miró con pena.
":("
escribió, eso me hizo un poco mejor, no por que me tuviera lastima ni mucho menos, si no porque alguien sentía un poco de mi tristeza, de mi miedo. Y, a pesar de que él no podía hablar y yo no podía caminar, nos parecíamos.
"¿Cómo se llama, señorita?"
—lía, lía park.
"Nombre de chica bonita, jaja."
¿Nombre de chica bonita?
Reí ante ese comentario, después de tanto sentí felicidad por una milésima de segundo, como si hubiera puesto un fuego artificial en mi corazón y Justo lo apagué cuando iba a explotar, o simplemente era una mariposa, una pequeña y diminuta mariposa en mi estómago, pero la ignoré.—¿cómo te llamas?
"Jungkook, pero llámame kook, linda"
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Dímelo con miradas
KurzgeschichtenLía acaba de tener un accidente, queda dos semanas en coma y conoce a la persona que va a cambiar la percepción de su vida completamente, al amor de su vida.