Parte Única

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Se conocieron en una cafetería. Beomgyu siempre se reía cada vez que alguien le preguntaba, y decía que era un cliché final, pero Yeonjun sólo sonreía con cariño y asentía con la cabeza en los momentos adecuados.

La verdad del asunto es que era un cliché, dos estudiantes universitarios que se encuentran sabiendo que llegan tarde y uno de los camareros surge a través de la puerta de la derecha y golpea con el otro, que lleva café caliente.

Sería una graciosa historia si no fuera por lo caliente que estaba el café que se derramó sobre todo el pecho de Yeonjun, que terminó preguntándose si le quedarían quemaduras de segundo grado a causa de eso, porque maldita sea ese líquido estaba caliente, y podría necesitar tener una pequeña charla con su amigo Soobin, el encargado de la cafetería acerca de la temperatura en cualquiera de las máquinas que utilizaban.

—¡Lo siento, lo siento tanto! —El otro hombre, Beomgyu, exclamó, con el rostro afligido mientras con sus manos quitaba la bufanda, de su cuello y la apretaba contra el pecho de Yeonjun para tratar de absorber un poco del líquido caliente.

Yeonjun sintiéndose cansado e irritable, pensó que no debería haber pasado por el café en primer lugar teniendo en cuenta lo tarde que se le estaba haciendo para ir a clases, pero quitó las manos de Beomgyu y trató de abstenerse de decir algo que no debía mientras se deshacía de su camisa allí mismo en la entrada.

—Lo siento mucho —Beomgyu continuó repitiendo, y Yeonjun no pudo soportarlo más.

—Cállate —le gruñó, y frunció el ceño, pero para su sorpresa el hombre se calló a mitad de sus palabras, y asintió con la cabeza sintiendo un poco de satisfacción. Lo tomó del brazo, y miró hacia atrás, al mostrador—. Me tomaré el mío con tres cremas y dos de azúcar —dijo, y entonces tiró del hombre fuera, a la parte trasera de la tienda hacia la oficina de Soobin donde sabía que el otro alfa mantenía un juego de repuesto de ropa.




***




Después de que Beomgyu le comprara un café, decidió saltarse las clases, y se sentaron allí a pasar la tarde. Una vez que estuvo seco, y se aseguró de que su piel no estaba, de hecho, a punto de desprenderse de él, Yeonjun se encontró con que el compungido omega sorprendentemente resultó ser una buena compañía, y hablaron acerca de las clases que cada uno se estaba saltando y sus bandas favoritas, problemas con sus compañeros y lo mucho que ambos desearían que en sus viviendas se admitiesen animales. Los dos se vieron allí al día siguiente también, a pesar de que ninguno de los dos fuese a admitir que habían ido en busca del otro, y fue bueno, realmente, porque los dos se dirigían al mismo edificio en el campus por lo que caminaron juntos.

La tercera vez que se encontraron, intercambiaron sus números, y bueno, eso fue todo.




***




Fue el olor lo que lo despertó.

Al menos, eso pensó. Podrían ser los gemidos entrecortados, o el ligero balanceo de la cama donde Beomgyu dejaba surcos, mientras soñaba con sus caderas moviéndose por voluntad propia.

Pero Yeonjun pensó en el olor que lo rodeaba, seduciendo su polla hasta convertirla en un mástil lleno antes de que fuera consciente del dolor en sus testículos. El olor se extendía por encima de él en capas embriagadoras, oscuro y almizclado, dulce como las fresas frescas, especias como la canela. Beomgyu estaba en celo.

Dejó escapar un suspiro tembloroso. Se sentía un poco inseguro, y estuvo perversamente agradecido de que Beomgyu no se hubiese despertado aún. Habían hablado de ello, por supuesto, ya llevaban juntos seis meses. Eran responsables. Pero Yeonjun sólo había sido presentado como alfa hacía un año, y no había tenido ningún novio antes de Beomgyu, esta era su primera experiencia con el calor de un omega. El calor de su omega. Mierda.

❝insaciable❞ yeongyu. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora