Un sistema muy OP en Marvel

Capítulo 11. Un Fénix, una apuesta y una negociación.

[Espacio]

- ¿Cómo conoció al señor Grass? –

- No es una gran historia –

- Aun así, me gustaría saberlo –

- No –

- En lo que llegamos a Marvel, me gustaría algo sobre de lo que hablar –

- Yo no quiero hablar –

- Yo sí – solo pude resoplar – Solo quiero saber cómo alguien como el termino con alguien como tú –

- No es algo que te importe –

- Se supone que seremos o somos un equipo, la confianza es importante –

- No tengo nombre, familia o un pasado – respondí – no una que importe, Grass fue quien me contacto y me pidió que lo ayudara, yo le daría entrenamiento de combate, el me daría herramientas para cazar a los criminales –

- ¿Él te deja matar? –

- No es que le importe mucho, preferiría que no, pero sabe que hay seres que no pueden ser redimidos, si hay alguien que pueda hacerlo, simplemente buscamos detenerlos –

- Preferiría una historia más profunda –

- Esa es la mejor historia que obtendrás de mi –

- Bien –

Cuando llegamos a Marvel, fuimos a una zona desértica

- Bien, el plan es el siguiente entrare a tu mente y te pondré a dormir, dejare una sala con un temporizador con el tiempo de la tierra que se activara en 2,592,000 es decir 30 días, cuando el temporizador termine, despertaras en tu mente, cuando eso ocurra dile al Fénix que te traiga a Marvel, te vendré a buscar exactamente en este lugar –

- Bien –

Puse mi mano en su frente y al siguiente segundo, me encontraba dentro de su mente y frente al fénix

- Hola humano – dijo, su voz gruesa resonaba por todo el espacio – veo que has venido para cumplir su parte del trato

- Sí, espero tu cumplas también tu parte y la ayudes a volver –

- Así lo hare –

- Cuida su cuerpo, es el único que tiene – camine más al fondo, entre a una pequeña habitación donde una niña, quizás de 10 años estaba jugando con una muñeca

- Señor Batman – dijo la niña con una dulce voz

- Es hora de dormir pequeña –

- Pero quiero jugar más tiempo ­–

- Podrás jugar cuando despiertes –

- ¿En serio? – había una emoción de esperanza - ¿Podre volver a jugar? – yo solo asentí, ella se levantó y corrió a su cama - Cántame una canción –

- No soy cantante –

- No importa –

- No se ninguna canción –

- No importa –

- En serio, solamente debes dormir, esperare contigo a que lo hagas –

- ¡Quiero una canción! ¡Quiero una canción! ¡Quiero una canción! –

- Bien, solo cállate –

- Yey – se acostó, tapándose para dormir

Yo, parado a lado de su cama, canté la única canción para dormir que recordé