🌎 Gea 1 🌏

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Gea: Diosa griega

Gea (también conocida como Gaya o Gaia) es la deidad primigenia y la personificación de la Tierra en la mitología griega. Emergida del Caos, Gea es considerada suprema o diosa madre tanto por inmortales como mortales; todas las diosas y dioses son descendientes de ella y de su unión con Urano (el Cielo) y Ponto (el Mar). El equivalente romano a Gea es Terra o Tellus Mater.

Gea fue la primera en supervisar el Oráculo de Delfos y, a veces, advertía a otros sobre las profecías que había recibido. Por ejemplo: Zeus derrotó a su padre, Cronos, y a los titanes gracias a la ayuda de Gea; sin embargo, ella se volvió en contra de Zeus y envió a su monstruoso hijo, Tifón, para que lo derrotara.

De acuerdo con la Teogonía de Hesíodo (c. 700 a.C.), Gea nació del Caos (el gran vacío) y de ella nacieron Urano (el Cielo), los Oreos (los Montes) y Ponto (el Mar). Se casó con su hijo Urano y juntos tuvieron a los doce titanes (Océano, Ceo, Crío, Hiperión, Jápeto, Tea, Rea, Temis, Mnemósine, Febe, Tetis y Cronos). Gea también dio a luz a los tres cíclopes de un ojo (Brontes, Estéropes y Arges) y a los tres Hecatónquiros, los Gigantes con cien brazos y cincuenta cabezas (Coto, Giges y Briareo). Con Ponto, Gea tuvo a las deidades marinas Taumante, Forcis, Ceto y Euribia. Todas las deidades notables son descendientes de Gea, a quien se la reconoce como suprema o diosa madre.

La creación del mundo y el orfismo
En el siglo VI a.C. surge y se populariza el orfismo, un movimiento religioso que recoge lo aprendido por el legendario héroe griego Orfeo en sus descensos al inframundo. Según el orfismo, Cronos (el Tiempo) dio origen a la Tierra; de Cronos nacieron Éter (el Destello), Caos y Érebo (la Oscuridad). Cronos fabricó un huevo dentro de Éter del que eclosionó Fanes: el creador de todo lo que existe. Fanes dio a luz a Nix (la Noche), con quien se unió para tener a Urano y Gea.

Gea y Cronos
Urano odiaba a sus hijos por lo que los enterraba en las profundidades de la tierra. Gea sufría profundamente ante el tratamiento que recibían sus hijos y decidió formar un plan para destruirlo.

Solo Cronos, su hijo menor, tuvo el valor de tomar la iniciativa y ayudar a su madre a llevar a cabo el plan. Se ocultó en los aposentos de su madre y esperó a que su padre llegara. No tardó en llegar un lujurioso Urano buscando acostarse con Gea; Cronos esperó el momento correcto y blandió la hoz, cercenando los genitales de Urano, y los arrojó al mar. La sangre que manaba cayó sobre Gea y dio a luz a las Furias (Alecto, Tisífone y Megara), los Gigantes y las melias (ninfas de los fresnos).

Cronos se casó con su hermana Rea; tanto Gea como Urano le advirtieron que él también sería destronado por su hijo. Por lo tanto, a medida que nacían, Cronos se tragaba a cada uno de ellos. Rea, que estaba embarazada, buscó la ayuda de Gea, quien la ayudó a huir a Creta, donde nació Zeus. Zeus junto a sus hermanos se enfrentaron a Cronos y el resto de los titanes en la batalla conocida como Titanomaquia. En el décimo año de la batalla, Gea le recomendó a Zeus que librase a los Hecatónquiros y a los Cíclopes de Tártaro, quienes habían sido encarcelado por Urano les temía, para que lograra la victoria.

La rebelión de los gigantes
Una vez que Zeus y las deidades olímpicas derrotaron y desterraron a los Titanes al Tártaro, Gea envió a sus hijos, los Gigantes, a destruir a los olímpicos. Los Gigantes no tenían igual en tamaño y fuerza, sus rostros eran temibles, sus pies estaban hechos de escamas de dragón y tenían gran cabellera y barba.

Un oráculo advirtió a los olímpicos que solos no podrían derrotar a los Gigantes, sino que necesitarían la ayuda de un mortal que sería invencible al consumir una hierba mágica. Cuando Gea se enteró de la profecía, se dedicó a buscar la hierba; sin embargo, Zeus impidió que lo lograra al ordenar a Eos (el Amanecer), Selene (la Luna) y Helios (el Sol) que no brillaran para que él pudiera hacerse con la hierba.

La profecía se cumplió cuando las deidades destruyeron a los Gigantes con ayuda de Heracles (Hércules). Para vengarse Gea se unió con Tártaro y dio a luz a su hijo más joven, Tifón, el monstruo más grande que jamás haya existido. Tifón luchó con Zeus, pero fue derrotado y enterrado bajo el volcán Etna.

El oráculo
En un principio, el oráculo de Delfos le pertenecía a Gea, quien luego se lo cedió a sus hijas Temis y Febe. finalmente terminó en manos del dios Apolo, quien se construyó un templo. Pausanias (que vivió entre el 115 y el 180 d.C., aproximadamente) menciona en su Descripción de Grecia que Gea designó a Dafne, una ninfa de los árboles, como pitonisa. Otra versión es la del poema antiguo Eumolpia, donde Gea y Poseidón compartieron el oráculo hasta que Gea cedió su parte a Temis. Más tarde, Apolo recibió como regalo la parte de Temis y a cambio entregó a Poseidón una isla frente a Trecén.

Otras fuentes indican que Apolo le robó el oráculo a Gea luego de haber matado a Pitón, la serpiente que custodiaba el oráculo de Delfos. Aun luego de perder el oráculo de Delfos, se le consultaba a Gea en calidad de oráculo en la localidad griega de Egira, ubicada en Acaya, donde la sacerdotisa bebía sangre de toro, lo cual era venenoso para otros mortales.

Del mismo modo que Gea había profetizado que Cronos sería destronado por su hijo, también profetizó que Zeus y su esposa Metis tendrían una hija tan fuerte y sabia como su padre, y un hijo que tomaría el lugar de Zeus como rey de las deidades. Zeus se tragó a Metis para prevenir que la profecía se volviera realidad; sin embargo, Metis ya estaba embarazada de su hija, quien nacería de la frente de su padre: Atenea, diosa de la sabiduría.

🔱 Mitología Griega🔱 [Cancelada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora