001

487 52 45
                                    

Realmente no sabía como explicarlo, hay niños de unos seis o siete años que te hacen berrinches por pequeñeces, digamos que podría justificarse con que "son niños" y no piensan muy bien. Pero Leehan no pensaba que Taesan fuera como esos niños.

Se encontraba de brazos cruzados mirando a su novio con lo que era un gato entre sus brazos. No recordaba haberle pedido un gato, el solamente le pidió fresas con chocolate y ahora estaba viendo un gato mientras que Taesan solamente sonreía.

— Cielo 

Taesan lo miró dando un sonido de afirmación.

— ¿De donde sacaste a ese gato? 

Taesan pensó bien antes de hablar o eso pensaba.

— El solía tener una mamá, pero a veces tu mamá no te quiere o simplemente por obra del destino terminas en una caja — Leehan levantó una de sus cejas, apunto de decir algo, pero solamente salían unas "ah" "em" de su boca.

— Taesan, si es de la calle tienes que buscar un veterinario, buscar leche adecuada y darle muy buenos cuidados por lo pequeño que está — Su novio asentía. 

— Eso ya lo sé, tontito — Leehan se acercó hasta su novio quien pensaba que le daría un beso o algo así, pero Leehan solamente le arrebató la funda de fresas de la mano. 

— No me digas así, yo no recogí a un gato de la calle y supongo que quieres que se quede aquí — Fue hasta la cocina para buscar un plato y lavar las fresas.

— ¿Y que querías que hiciera? ¿Qué lo dejará morir o algo así? — Siguió a su novio mientras que se empezaban a escuchar pequeñísimos maullidos.

— Claro que no Taesan, es sólo que... 

— ¿Qué? Dime

— No es nada — Empezó a lavar las fresas intentando no enfadarse mucho por el tema. Taesan dejó a el gato sobre el sillón con cuidado de que no se resbale y se caiga.

— Amorcito — Caminó hasta donde estaba su novio a quien abrazo por la cintura dejando descansar su mandíbula sobre el hombro ajeno. — Si realmente te molesta tanto puedo dejarlo en un refugio — Leehan negó.

— No me molesta que lo tengas o que lo tengamos — Había terminado de lavar las fresas, ahora las estaba secando. Se apartó de su novio para tomar el frasco de chocolate y dirigirse hasta el sillón. Igualmente Taesan lo siguió.

— ¿Entonces que es? — Se sentó junto a Leehan sin dejar de mirarlo.

— Se que los gatos no necesitan tanto cuidado como los perros, pero ambos estamos estudiando ¿Quién lo cuidaria? — Taesan sonrió al saber la razón de su enojo.

— ¿Es porque piensas que podría morir de tristeza? — Leehan asintió. — Cariño, eso no pasará, te lo prometo... Si ambos ponemos de nuestra parte no sucederá nada de eso — 

Leehan empezó a comer de sus fresas mientras veía fijamente a el gato quien ya estaba dormido.

— Se que siempre pensaste que la muerte de tus mascotas fueron tu culpa, pero eras un niño ¿Qué podrías hacer? — Leehan miró a Taesan con un pequeño puchero.

— Sabes lo triste que es ver como tu mascota muere a tu lado... Sabiendo que no hiciste nada para mejorar su situación? 

Hace ya mucho tiempo. Leehan tuvo un gato, realmente lo consideraba como su mejor amigo, pero un día enfermo y dejó de comer, no sabía si alguien le había dado algo malo, pero lo que era seguro es que Leehan perdería a su amigo. Sus padres no dejaban que el gato entrará a su casa por miedo a "contagiar". Pero poco le importó, ese día un Leehan con las piernas pegadas a su pecho miraba a su gato respirar lentamente, él sabía lo que pasaría, pero no quería eso. Sentía tanta pena al mirar a su mejor amigo así y aún más sintiendo que no lo ayudó en nada. Estaba sentando acariciando la cabeza de aquel animalito... Hasta que pasó.

Su pequeño amigo, aún con los ojos abiertos había dejado de respirar. Leehan respiraba profundamente intentando controlar cualquier sonido que diera a conocer que estaba llorando desconsoladamente por su amigo. Cerró los ojos de aquel y dejó un último beso en su cabeza. Después de mirarlo un tiempo acudió con su padre, con los ojos llorosos y un gran dolor en su corazón.

Después de eso la mayoría de las mascotas que Leeha tenía morían o simplemente no se mantenían con él, dado a que las regalaban, desde entonces no tiene mascotas.

— Leehannie, amor — Taesan dejó un beso sobre la frente de su novio. — No podías hacer nada, no tenías lo suficiente para ayudar, pero yo estoy seguro de que tienes mucho amor para darle y podremos darle una vida bonita — 

Después de pensarlo un tiempo mientras comía más chocolate que fresas, para sentirse feliz. Tomó la decisión.

— Está bien... Será como tener un hijo, si quieres dejarme tendrás que darme la pensión alimenticia y si no lo haces te meteré a la cárcel — Taesan río empezando a besar repetidamente sus labios, los cuales tenían rastros de chocolate. — Me dejarás sin labios — 

— Es mejor que te quedes sin labios por besarme — Leehan un poco sonrojado lo apartó. — ¿Qué nombre le pondremos? 

— El que gustes

— Me gusta Yoda — Taesan se levantó y tomó a el gato para después regresar con su novio.

— Yoda será — Leehan sonreía mientras acariciaba la cabecita del gatito blanco con negro.

— ¿Ya no estás triste? — Leehan negó. — Es una pena —

— Por que es una pena? — Miró a su novio con curiosidad.

— Pensaba tener una gran sesión de besos toda la noche para que no estuvieras triste 

— ¿Sólo de besos? 

— Tal vez

— Creo que estoy triste otra vez 

— Creo que estoy triste otra vez 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Midwives ★ gongfourzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora