—Ya hemos dejado nuestras cosas y la conferencia empieza en la noche. Estamos a tiempo, así que podemos dar algunas vueltas por acá, ¿no les parece?
Sunghoon se cubrió el rostro con la mano, mientras se ajustaba las gafas oscuras sobre sus ojos y maldecía el ambiente de campo. Los zumbidos de insectos le aguijoneaban los oídos y el calor le jodía por todas partes. Movió la mirada desde Heeseung hasta Jungwon, quien se encontraba asintiendo con la cabeza y sonriendo con los ojos brillantes de emoción.
—Anda y míralo tú, entonces. Yo no le veo nada interesante a caminar en un desierto con plantas y bichos picándote todo el maldito cuerpo —masculló, quitándole la tapa a su botella de agua.
Heeseung suspiró con desgano.
—A mí sí me hace mucha ilusión, iré a dar una vuelta, ¿vas conmigo, Won?
El menor volvió la mirada hacia Heeseung; la sonrisa de sus labios haciéndose más grande y siendo iluminada por los rayos del sol y el ambiente de campo. Sostuvo su bolso con emoción sobre su hombro y abrió ligeramente sus labios.
—No, él no puede —la determinada voz de Sunghoon le cortó de golpe—. Es mi empleado, ha venido conmigo y tiene que cargar mis cosas. La próxima trae el tuyo, aunque no creo que haya una próxima.
El silencio cayó como rayo del cielo. Los ojos de Jungwon perdieron su brillo y se limitó a observarlo todo con confusión. Heeseung suspiró otra vez.
—Bueno, no te preocupes, tendremos otra oportunidad más tarde, Won—le elevó un pulgar y sonrió de nuevo—. Iré a llamar a mi padre para avisarle cómo va esto, los veo luego, ¿sí?
Sunghoon elevó y descendió ambas cejas, observando cómo Jungwon se mantenía con el rostro repleto de confusión. Cuando sus ojos se encontraron con los suyos, descendió la mirada con el rostro enrojecido y una sonrisa en sus finos y provocativos labios. ¿Qué, no soportaba verlo a los ojos? Lo observó de pies a cabeza, notando sus jeans negros y su camiseta blanca con letras rosadas alrededor. Todo le sentaba tan jodidamente bien.
—¿Querías ir con él, no?
Se llevó la botella a los labios y lo vio elevar la mirada un poco y negar desesperadamente con la cabeza, todavía sonriendo.
—No... no, no hay problema, Sunghoon —tartamudeó, casi tropezando con una roca del pastoso suelo—. Si tú gustas que me quede, yo me quedo.
Sunghoon continuó caminando y no pudo evitar que una media sonrisa apática se colara entre sus labios. Su criado era un caso. Si simplemente se hubiese abierto de piernas la primera vez que lo vio en la cocina, todo estaría muy distinto ahora. Pero debía aceptar que la situación estaba divertida. Al menos, soltando estupideces como esa, le había hecho olvidar el asco que le provocaba tener que relacionarse con gente de mierda como Heeseung.
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𝐈𝐍𝐎𝐂𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀 𝐏𝐀𝐒𝐈𝐎𝐍𝐀𝐋 𔓕 sungwon.
Fanfiction──𝐈𝐍𝐎𝐂𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀 𝐏𝐀𝐒𝐈𝐎𝐍𝐀𝐋: Hay cinco cosas que vuelven loco a Sunghoon. 1. La forma en la que el rostro inocente de Jungwon se torna carmesí cuando él le susurra cosas indebidas en el oído. ...