Solos || Radioapple

Solos

"¡Ah! Su majestad, es humilde que se una a nosotros, estoy seguro de que Charlie estará encantada de que llegue con tan... poca antelación".
Los ojos de Alastor se arrugaron, sus dientes formando esa sonrisa rebelde.
Aunque, al parecer, Alastor no temía en absoluto al Rey del Infierno, pues lo rodeó con un brazo y tiró de Lucifer para abrazarlo.

Lucifer parpadeó, aturdido por el repentino contacto, apenas había pisado el Hotel Hazbin.
Un gruñido asomó finalmente a su expresión y sintió la tentación de empujar a Alastor y tal vez, ya sabes, ¡decapitarlo!
Pero, por supuesto, Charlie tuvo que interrumpir sus violentos pensamientos.

"¡Papá!"
Charlie sonrió, su caminar se convirtió en un pequeño trote por las escaleras.

"¿Sí, cariño?"
Sólo tenían que decirlo al mismo tiempo, la estática de la radio imitando las palabras de Lucifer.
Lucifer sintió que el fuego del infierno se elevaba en su interior, ¿quién se creía realmente que era? ¡¿Siempre tratando de eclipsarlo con su propia hija?!
¡Porque para tu información! Su hija.
Lucifer no estuvo trece putas horas de parto sólo para que un demonio de pacotilla del que ni siquiera había oído hablar declarara que era el padre de Charlie.
De ninguna manera.

"Oh-" El rostro de Charlie se tornó rosado ante la respuesta que le dio Alastor, ¡no era como si la desanimara que fuera una figura paterna para ella! Todo lo contrario, en realidad, era entrañable que Alastor se hubiera preocupado por ella.
"En realidad estaba hablando con mi padre... mi Lucifer-Papá, ¿Lucifer-Papá? Jaja ¿lo cachas? Ja..." Su risa torpe se apagó antes de aclararse la garganta y tratar de salvar su vergüenza.

"En fin, no sabía que venías hoy, ¿por qué no llamaste?". ¡Porque Charlie habría cogido el teléfono en segundos! Ella no lo tenía accidentalmente en silencio, ¿verdad?

"Lo hice, pero estoy bastante seguro de que cuando estábamos arreglando el hotel me olvidé de poner la torre de servicio celular de nuevo". Ah, eso lo explicaba.
O tal vez alguien que prefería la comunicación por radio la saboteó.
¿Quién sabe?

"Charlie, querida, ¿no era que tenías una cita con nuestra Vaggie? Si no recuerdo mal, llegarás tarde si sales dentro de cuatro minutos y veintisiete segundos".
En el rostro de Alastor se dibujó una sonrisa rastrera, sus iris miraron a Lucifer durante medio segundo, pero el Rey Demonio se dio cuenta.

¿Qué carajo estaba tramando exactamente?
"Bueno, yo..." Mierda, ¡no podía decirle a Charlie que no tuviera una cita con su maldita novia sólo porque él apareciera de la nada! ¡¿Qué clase de padre parecería?! Y no había manera de que dejara que este imbécil sacara lo mejor de él.
"¿Volveré mañana entonces? Puedo arreglar la torre antes de irme, así que...".

"¡No, no, tonterías papá! ¡Alastor está aquí! Angel Dust, Husk, Niffty.... ¡Te harán compañía, estoy segura! ¡Oh, y Alastor!"
Charlie se acercó a ambos sin darse cuenta de su error mientras les ponía una mano en el hombro, aunque era un poco incómodo por la diferencia de estatura.
"¡Estoy segura de que pueden encontrar algo en común! Oh mierda, voy a llegar tarde ¿no?" La cabeza de Charlie se dirigió hacia la puerta mientras se alejaba de los dos hombres.
"¡Volveré! Pronto... probablemente". Si ella y Vaggie no hubieran reservado un hotel después de su cita.

Lucifer casi le tendió la mano cuando Charlie se apartó, caminando hacia la puerta y volviéndose para saludar al dúo.
"¡Por favor, intenten llevarse bien!" les gritó una última vez antes de salir.

Intenten llevarse bien.
La forma en que Alastor lo miraba dificultaba cualquier intento.
Mierda.

"¿No has oído a la señorita?". El brazo de Alastor se deslizó alrededor de la cintura de Lucifer para guiarlo hacia adelante, un zumbido estático cayendo de sus labios.
"Te sugiero que cooperes".