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La vida es tan diferente cuando todo aquello que tenías preparado para vivir se convierte en otra historia.

Mi crisis de los 35 ha comenzado y no tengo la menor idea de cómo se sale de esto ¿Que debo hacer? sigo sola, tengo un departamento, el trabajo de mis sueños, pero hijos... no, entonces estoy entre esas amigas que todavía quieren salir de fiestas y la otra mitad que suben historias de sus hijos comenzando las clases nuevamente después de un verano.

Llevo mucho tiempo sola, me he peleado con mis padres hace mucho tiempo por un estilo de vida completamente diferente al mío, por esa vida que trataron de hacerme vivir para aparentar que terminó destrozando todos aquellos sueños que podría tener, es muy difícil de explicar pero les aseguro que van a entenderlo.

Mis clases de yoga son mi terapia constante, donde me puedo conectar y sanar a aquella Emilia que hubiera querido otra cosa, otro estilo de vida, que estoy complaciendo actualmente.

Para mi, hoy es hoy y el pasado es pasado por eso no vivo de los recuerdos «en realidad los evito porque sufro demasiado» y por ello cuando decidí olvidarlos me conlleva a olvidarme también de las personas que estaban en ese momento de mi vida.

Tengo un estudio, soy obstetra, por ello me dedico a la maternidad hace tantos años, asistiendo partos, hasta teniendo las peores noticias, por ejemplo: No hay bebe.

Mis mañanas se las dedico trabajando en una clínica privada de Recoleta, donde me dedico a estar allí gran parte de mi día distrayendo y atendiendo a mis pacientes. Hoy es uno de esos días, llevó algunas horas agotada pero con muchas ganas de continuar.

Camino por el pasillo principal y entró a la sala de descanso de los doctores para hacerme un café.

—Emilia: Buenas tardes a todos.

Leonela se acerca a mi.

—Leonela: Hola amiga ¿Cómo ha sido el día? ya nos queda una hora nomas.

—Emilia: Muy bien por suerte. Hace un momento me llegó la invitación de mi hermano Mauro de su casamiento y todo me parece tan irreal.

—Leonela: Irreal me parece lo que hicieron contigo, y no con el.

Suspiro y revoleo un poco mis ojos sirviendo café.

—Emilia: Jamás vivo del pasado y lo sabes.

—Leonela: Claro que sí, soy tu mejor amiga desde los 15 años.

Le sonrió y le doy un beso en la mejilla.

—Emilia: ¿Cómo estás tú?

—Leonela: Pensando en ti, ¿vas a hacerlo?

—Emilia: Claro que sí, está en todo mi derecho —risueño un poco— deja de preocuparte por ello, no es nada malo, está hablado hace mucho tiempo. Bueno.... hace como diez años en verdad —pienso.

—Leonela: Mira, sos la hermana que siempre he querido tener, y sabes perfectamente que voy a apoyarte en todas tus decisiones sin embargo esta me parece una terrible locura.

—Emilia: Te digo que no.

—Leonela: Ok, si tu lo dices.

Miro mi reloj.

—Emilia: Bueno debo regresar, nos vemos en la salida.

Me dirijo con mi taza de café a continuación de atender a mis últimos pacientes.

El día acaba en el trabajo y manejo hacia donde vivo hace mucho tiempo en el barrio de caballito, estaciono el auto en el garaje del edificio y voy hacia mi quinto piso donde vivo.

ChloeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora