Staining the purity (ChenMin)

Manchando la pureza

Meció con elegancia sus grandes e oscuras alas. Volando alto, lo suficientemente alto, como para visualizar a sus objetivo como un difícil reto. Una sonrisa maliciosa se formo en sus inusuales labios, al apuntar con su dedo índice a un pequeño animal blanco y peludo. Segundos después, un rayo impacto sobre el animal matándolo al instante y manchando la pura nieve de un hermoso color carmesí. Los demás conejos a su alrededor comenzaron a corre hacia todas direcciones. Huyendo de sea, lo que sea, que los estuviera atacando.

Otra sonrisa maliciosa escapo de los labios del ser con hermosas alas oscuras. Su dedo volvió a dirigirse hacia uno de esos roedores peludos. Causando que otro relámpago impactara sobre otro indefenso animal, logrando a su vez, que este volara lejos y salpicará de sangre, nuevamente la blanca nieve. Su sonrisa maliciosa se volvió una risita divertida, al presenciar todo aquello.

El ser agito sus oscuras alas y persiguió al último animal con vida. Lo apunto con su dedo índice y un fuerte rayo cayo sobre el, matándolo al instante, esta vez no quedo un cadáver sin vida, esta vez la pura nieve estaba manchada de negro, con el resto de las cenizas, de lo que antes fue un hermoso conejo blanco.

Orgulloso de sus logros, el demonio llevo su dedo índice hacia sus labios y soplo la punta de este, alardeante de su buena puntería.

El demonio sonrió nuevamente satisfecho y agito sus oscuras alas, dispuesto a marcharse en busca de mas diversión, pero unos chirridos molestos llegaron a sus oídos. Curioso se desvío hacia ellos, descendiendo a su vez hacia el bosque. Su curiosidad lo guió hacia una oculta camada de conejos. Cerca de donde había asesinado a su último tiro al blanco. Sus comisuras usualmente elevadas, se curvaron aun mas hacia arriba. Ese día estaba de suerte, ya que una camada de alrededor siete conejos, se encontraban allí, temblando de miedo de solo sentir su presencia.

_ ¿Queréis ir con vuestros familiares?.- Preguntó el demonio con una risita maliciosa. Al parecer los pequeños animalitos entendieron sus malas intenciones. Ya que temblorosos y chillantes, se subían uno encima del otro, en busca de protección._ Tranquilos, esto sera rápido y divertido...- Susurro eso último, sin poder borrar la sonrisa de su rostro.

El demonio se aparto un poco de ellos y sin querer perder mas de su precioso tiempo, los apunto con su dedo índice.

_ ¡No!.- Una voz casi chillante como la de los roedores, se alzo sobre estos.

El demonio giro su mirada hacia ella, pero antes de poder hacer algo cayo abruptamente al suelo, sintiendo un pequeño peso sobre su cuerpo. Con el ceño fruncido JongDae levanto su mirada. Encontrándose con un hermoso rostro bañado en lágrimas. Ese ser lo observaba con ojos suplicantes.

El demonio llevo su mirada hacia las hermosa y blancas alas, que reposaban detrás de ese ser. Estas se les antojaron aun mas puras e blancas que la misma nieve. El demonio se tomo su tiempo en admirarlo, había oído hablar de la belleza de los ángeles, pero esto le resultaba hasta absurdo. La belleza que veía en ese ser. Vestido simplemente de blanco, era muy desbordante, es mas, hasta con sus rosadas mejillas bañadas en lágrimas. Su belleza le resultaba abrumadora.

Asustado de mancharlo con su impureza, JongDae lo aparto de un fuerte empujón de su cuerpo. Logrando quitarle un gemido de sorpresa y luego vio al ángel caer con fuerza al suelo. JongDae se asusto. Había utilizado demasiada fuera. Pero el nunca fue cuidadoso y mucho menos delicado con su poder. Un demonio nunca es cuidadoso con nada.

JongDae vio al pequeño ángel incorporándose del suelo. La nieve ahora se encontraba sobre sus hermosos cabellos castaños. los cuales sacudió lentamente con sus hermosas y seguramente suaves manos. JongDae lo observo secar cuidadoso los restos de lágrimas, que habían quedado en sus sonrojadas mejillas. (Estaba curioso por ello).