11. Hay que aceptar la verdad.

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Gabriel.

Emma era de lo más raro y espectacular que había visto en mi vida, cada minuto que pasaba me impresionaba más ya no podía negar lo que sentía y lo que aquella chica había hecho conmigo.

Joder, si me gustaba y me prendía de lo mas lindo jajajaja todo por no decir una mala palabra eh.

Era de lo más sencilla y eso me encantaba y me volvía loco.

Ayer que llegamos al hotel me tomó por sorpresa llegar y mirar a Mía y más me tomó por sorpresa cuando salió disparada a mi y me planto un beso ahí, enfrente de todos.

No le puse la más mínima atención pues mis ojos buscaban a ustedes ya saben quien.

No estoy hablando de voldemort.

Gracias a Dios, creo que arregle las cosas un poco ayer en la noche cuando la fui a buscar para darle las buenas noches.

Ya era de madrugada, las cuatro de la mañana cuando me levante y caminé por los pasillos de el hotel, cuando llegué a la parte que daba a la playa la mire ahí, parada en la playa observando el amanecer y el mar en calma.

—Bueno, veo que te gusta mucho observar la playa por la madrugada —confesé colocándome tras de ella y pasando mis brazos alrededor de su cintura.

—Hola —Le susurré al oído dándole un beso en la mejilla y observando cómo se tornaban de un color más rosado del normal.

—Buenos días —se apartó de mi, me miró —¿Cómo pasaste la noche?. —Empezó a caminar por la playa.

No pude evitar reirme y ella me miro con mala cara.

—Muy bien, tu misma me viste entrar alegre a esa habitación y solo —remarque la última palabra.

Ella puso los ojos en blanco.

—¿Es tu novia? —preguntó justo cuando me sentaba en la playa.

Fruncí un poco el ceño y luego enarqué una ceja confuso.

—¿Mía? —pregunté incrédulo, ella asintió—. Si Mía y yo fuésemos novios, no te hubiese pedido que estuvieses conmigo ayer, cosa que rechazaste —le recordé.

Se sentó, me tomo la mandíbula con su mano suave y me dijo algo que me dejó helado.

—¿Por qué te gusto? ¿Por qué hace dos semanas me odiabas y ahorita quieres estar conmigo?. ¿Solo quieres jugar conmigo y luego dejarme?.

No pude evitar soltar una carcajada y ella me pegó un manotazo en el hombro.

—¡Auch! —fingí aun riendo.

—Debes de dejar de leer tantos libros de amor y odio —le dije aun riendo —Siempre lo supe, porque aun cuando no sabía que era lo que sentía, tenía la necesidad de protegerte —me puse serio.

Ella sonrió y se sonrojó aún más.

Se acercó a mi y me dejó un casto beso en los labios, entonces la tome por la nunca y profundicé el beso, en ese instante su lengua salió en busca de la mía, y empezó aquella corriente a surgir en mi cuerpo y aquel cosquilleo que sentía cada vez que la tenía cerca y que me besaba de aquella manera.

Solo ella ah conseguido que sienta esto y la verdad me gusta.

Me levante de la playa y empezamos a caminar tomados de la mano, una imagen que jamás imaginé vivir después de todo lo que había pasado.

Había dejado la terapia a inicio de ese año y ahorita que estaba experimentando con una persona nueva me di cuenta de que si valió la pena ir a terapia y arreglar lo que otro arruinó, porque la persona que tengo enfrente no se merece menos de lo mejor.

Solo tú #1 [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora