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Cinco años después...

INICIO

El universo perdió a la mitad de los seres vivos existentes en un segundo. Los héroes más poderosos del planeta fueron vencidos y la esperanza del mundo desapareció.

Quedaron algunos lobos de niebla que intentaron seguir sus vidas ahora incompletas. No fue fácil para nadie pero para algunos el proceso fue casi imposible.

Dylan fue uno de ellos. Pero tenía a los pocos amigos que sobrevivieron. Pasaron años hasta que pudo continuar con el %80 de la normalidad.

Olivia. No tuvo tanta suerte. Siempre fue demasiado susceptible a la oscuridad. Pero gracias al cielo tenía a Morgan. Ambos invisibles para el mundo.

Ella buscó el amor en muchos, lo encontró. Pero jamás pudo encontrar el corazón al que el suyo buscaba con desesperación. Con el último encontró la paz de un hogar, de una familia. Conoció el más grande amor que alguien pude experimentar. El amor de crear a un ser humano.

Nada fue suficiente. Su corazón se congelaba cada día y para alguien con fuego en las venas, era algo peligroso. Ella y Morgan tenían la mejor de las intenciones al principio. Proteger, servir y proveer a los más indefensos.

Al sentir nuevamente la sangre caliente escurrir entre sus dedos, esa bestia despertó. Los años pasaban y ella fingía ser una protectora. Descuidada, errática e instable fue causando cada vez más daños colaterales a sus buenas acciones. Cárteles, pandillas, terroristas, todos muertos en cada país que pasaba, pero crecía cada vez más el número de homicidios accidentales de civiles que se encontraban en fuego cruzado. Sin ningún remordimiento.

La espada del infinito regresó a ser la espada del infierno. Su brillo violaceo-azul casi transparente se apagó. La hoja estaba agrietada, negra como la obsidiana, el filo irregular y por dentro tenía una luz roja-morada. Nadie que la viera sabría quien era ella.

Un traje especial creado en Talokan para su reina, la madre del príncipe heredero. Un traje negro, con capa y casco hecho de vibranio, con la forma del cráneo de un lobo. Con la capacidad de soportar temperaturas elevadas y bajas, podía ocultarla de cualquier cámara o radar del gobierno, de cualquiera que pudiera observar.

Morgan y ella estuvieron un par de años salvando aldeas y ciudades de las manos de los terroristas hasta que sus homicidios en masa alertaron al FBI. Pero deberían dar las gracias pues no era tanta la fama como para que cierto hombre quisiera investigar... Hasta ahora.

Hoy en día...

Olivia

La mañana estaba nublada, húmeda, así como me gustaba. Yo en pie frente a una lápida, seguida de una serie de tumbas limpias... Pero esta... Estaba sucia, desatendida, las flores en ella secas desde hace meses.

Su nombre. Olivia Cinnamon Dun Hiddleston.

Después de mi resurrección fortuita debieron dejar de darle mantenimiento a este lugar. Claro, hace un tiempo yo estaría molesta, creía firmemente en que lo que está muerto debía dejarse muerto. Pero últimamente no pienso lo mismo. Si estaba obligada a vivir, no lo haría sola.

–Es tarde ya– Habló Morgan a unos metros, traía una gabardina elegante color camello, gafas oscuras, unas botas negras.
–Claro– Contesté abriendo un poco las piernas para estar firme.

Levanté un mazo grande que robé y luego golpee el duro concreto de la lápida. Solo bastó uno de mis golpes para que esta se hiciera polvo. Luego golpeé la de junto, la destruí con tanta satisfacción... Algunas letras del nombre de mi hermano cayeron a mis pies.

–Vámonos– Dije tirando el mazo a un lado.

Nos retiramos. Hoy era el día. Los vengadores y lo que quedaba de los lobos de niebla se reunirían para llevar a cabo el plan de traer a todos los blipeados de vuelta, y yo... No me lo iba a perder.

THE WARRIOR'S HEART- I'MM (7)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora