Hablar

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Damian se encontraba en la mansión Wayne, inquieto y con el corazón en la boca. Bruce lo había mandado arriba, insistiendo en que necesitaba descansar, pero Damian se rehusaba a dejar a Jon y a los gemelos. Caminaba de un lado a otro en la sala, su mente no dejaba de repasar las posibles reprimendas que podría recibir de su padre.

—No creo que papá haga algo malo —la voz suave de Alina lo sacó de sus pensamientos. Giró la cabeza y vio a la menor sentada en el regazo de Respawn, quien estaba relajado en el sillón.

—Tú no sabes —protestó Damian, pero recibió un gruñido de advertencia de Respawn. —Papá le gusta saber todo.

—Lo sé, pero le advertí que si le hacía algo a Jon, le contaría a Alfred sobre sus escapadas con Talia —respondió Alina con una sonrisa astuta.

Damian respiró un poco más tranquilo al escuchar eso. Sabía que su padre no haría nada para evitar un posible enfrentamiento con Alfred, especialmente después de haber terminado recientemente con Selina en buenos términos. Estaba contento de que su madre y padre estuvieran reconstruyendo su relación, aunque fuera lentamente.

—Tu padre es un imbécil enamorado —comentó Respawn mientras abría la boca para que Alina le metiera una galleta. Alina le tiraba un mechón de cabello en broma.

—Niña, no tires si no quieres sufrir las consecuencias —amenazó Respawn con una sonrisa.

—No digas malas palabras en frente de mí —respondió Alina mientras comía su propia galleta, regañándolo con un tono serio. Damian sonrió viendo la interacción entre los dos.

No esperaba que se llevaran tan bien, pero estaba feliz de que la primera en recibir a Respawn con gratitud fuera Alina. Incluso cuando Respawn la había amenazado inicialmente, Alina no dejó de tratarlo como a un miembro de la familia. Para algunos, ver a Respawn ser más abierto y, en su modo particular, cariñoso, dejando que la menor le hiciera trenzas o lo ayudara a socializar, era un cambio bienvenido.

—¿Si no qué? —contraatacó Respawn mientras estiraba la mejilla de Alina, provocando que ella chillara en protesta.

—¡Te acusaré con papá de que me estás manchando! —habló Alina con toda la seriedad posible, mirándolo fijamente.

Esto hizo tensar a ambos chicos. Los segundos pasaron lentamente, pero todo cayó cuando las risas de Alina llenaron la sala.

—¡Debieron ver sus caras! —rió Alina.

—¡Mocosa! —soltó Respawn, fingiendo enojo mientras sonreía. Tomó por los hombros a la menor y comenzó a frotar su palma contra la cabeza de ella, desordenándole el cabello.

—¡Noooo! Dami, ayuda —pidió Alina entre risas. Sus risas también contagiaron a Respawn y a Damian, quien corrió a su rescate solo para terminar siendo el nuevo objetivo de Respawn.

La sala se llenó de risas y caos. Alina se escapó y se escondió detrás de una silla, observando cómo Respawn y Damian se revolcaban en el suelo, riendo y peleando amistosamente. Este momento de alegría era un respiro bienvenido en medio de toda la tensión y preocupación que habían experimentado hace un par de minutos atrás.

Después de un rato, todos se calmaron y se acomodaron en el sillón, respirando pesadamente pero con sonrisas en sus rostros. Damian miró a Alina y Respawn, sintiendo una calidez en su corazón. A pesar de todo lo que habían pasado, aún podían encontrar momentos de felicidad y hermandad.

—Gracias —dijo Damian, rompiendo el silencio.

—¿Por qué? —preguntó Alina, curiosa mientras se subía al regazo de respawn.

The New SuperSonsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora