Vamos a jugar.
He follado con Alex.
Me sorprendió que llegara tarde por la noche cuando la policía se fue.
Por supuesto, no le dije nada sobre mi nuevo acosador. De todas formas ¿Qué podría hacer él?
Aunque no se lo merezca, necesitaba quitar un poco de estrés en mí. Un poco, pero ahora estoy más estresada que nunca porque Alex nunca ha sabido satisfacerme como realmente quiero. Me doy de bruces cuando veo el pétalo en la encimera de mi cocina y la tonadilla de mi teléfono en mi mano me avisa que tengo un nuevo mensaje.
¿Es él?
Desconocido: Odio cuando te toca.
El corazón se me va a salir del pecho y me llevo la mano hasta ahí. ¿Él ha regresado en la madrugada?
Mi instinto es ver por la ventana, llueve a raudales. Mientras Alex está dormido en el piso de arriba en mi habitación, tengo la leve necesidad de responder al mensaje. Lo insulté antes y no respondió, más bien me amenazó y no estoy segura si fue por llamar a la policía o por haberlo llamado idiota.
Es la primera vez que algo así me sucede. Bueno, la verdad es que no, soy lo suficientemente famosa para tener más de un acosador por ahí pero solamente se limitan a enviarme alguna carta o la fotografía de su pene.
No le tengo miedo a nadie y mucho menos a un maldito acosador de mierda que solo quiere asustarme. Ahora sé que no es Alex.
¿Cómo mierdas entra a mi casa?
¿Quién eres?
Los tres puntos aparecen, desaparecen y luego vuelven a aparecer. Está escribiendo y borrando su respuesta y sé que solo está jugando conmigo. He vivido demasiado para no temerle a nada, un acosador no hará que tenga miedo ahora. Puede besar mi trasero.
Desconocido: Tu pesadilla, florecilla.
¿Florecilla? En algo tenía razón, había estado molestándome todos estos días que hiciera eso. Aunque en mi interior no pude dejar de sorprenderme lo cauteloso y original que era. No era una rosa entera, solo un pétalo.
Tenía que ser él.
A mí me gustaba deshojar las rosas porque las odiaba. Un pétalo me recordaba a la muerte.
Odiaba las rosas rojas porque me recordaban a mí. Es un remanente oscuro y marchito de una flor una vez hermosa, que yace abandonado y desgarrado en el suelo. Era así como me sentía todo el tiempo.
Me reí, es un sobrenombre demasiado poético, incluso para un desconocido que no tiene el valor de darme la cara.
Desconocido: Espero que te gusten los pétalos que te he dejado todo este tiempo.
¿También lee la mente? ¿Llevará la cuenta? Porque yo sí. Ha estado haciéndolo por dos meses. Me ha estado vigilando por dos meses, viéndome follar con mi novio es algo que lo pone de mal humor también. Mi pulso se acelera y me encuentro sorprendida, también decepcionada de que no sea Alex. Saco cuentas, y este hombre ha estado jugando conmigo demasiado tiempo. Y ahora me observa, en la oscuridad. Se ha atrevido a escribirme.
¿De qué más es capaz?
Una parte de mí siente curiosidad y otra está aterrada. De querer hacerme daño ya me lo hubiera hecho, ningún asesino en serie se toma la molestia de preparar de esa forma a sus víctimas.
Aunque no pueda evitarlo, mi corazón da un vuelco cuando me imagino que puede estar ahí afuera decidido a asustarme, si lo sigue intentando puede que lo logre.
Desconocido: ¿Se te acabó la sonrisa?
Él me está observando.
Corro hacia las ventanas y cierro las cortinas, me aseguro de apagar la luz y sentarme en el frío piso de mi cocina. Ahora no me podrá ver, no puede verme que estoy cagándome en mis calzones ahora mismo. No se lo haré saber. Una cosa es que esto sea divertido para él y no tenga miedo, pero otra, es que se atreva a entrar a mi propiedad mientras hago el amor con mi novio en el piso de arriba y además lo cabree.
Desconocido: No puedes esconderte de mí, florecilla. Aun puedo verte. Y olerte.
Cielo, santo.
De pronto tengo una inquietud, algo que no me ha dejado dormir estos meses. Tomo de nuevo mi celular y respondo:
¿Por qué los pétalos?
¿De verdad, Rose? No se me ocurre preguntarle por qué lo hace o si tiene planeado asesinarme. No. La estúpida en mi interior quiere saber sobre los jodidos pétalos.
Su respuesta me deja helada, y mis piernas cobran vida, corriendo hasta la habitación de arriba donde duerme mi novio. Me meto bajo las sábanas como si fuese algún tipo de capa protectora y me obligo a cerrar los ojos. Nunca podré dormir tranquila después de leer su respuesta. Mentí, estoy malditamente asustada.
Desconocido: Porque cuando caiga el último pétalo de la rosa que tengo en mis manos... iré por ti.
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La Obsesión de mi Bestia (disponible en físico)
ParanormalSerie Pétalos de sangre (Serie independiente) Libro 1 . . A la bestia le gusta poseer. El nuevo jefe de la Bratva rusa no sabe por qué, pero es lo único que da sentido a la vida de la bestia que esconde en su interior. Todas las mujeres lo desean. H...