Disclaimer: esta historia no me pertenece sino al usuario de fanfiction Liam Kirito-kun, le pedí permiso para adaptarla a este hermoso ship que nos tiene a todo un fandom a la espera de cualquier info jajaja Tendrá escenas para mayores, si no te gusta abstenerse de leer y pasar de largo. Sin más a disfrutar y no matarme jajaja
G!P FreenBecky
Regalo de cumpleaños
— ¡BEEEEECCCCCAAAAA! — el hermoso grito de la rubia dejó sorda a la "bella durmiente" —. Vamos inútil aficionada del M.U ... ARRIBA— volvió a gritar mientras abría las cortinas y la claridad se esparció por toda la habitación.
— ¡ESTAS LOCA, YA MISMO CIERRA ESA PUTA CORTINA! — gritó tapándose aún más con las frazadas y cerrando fuertemente los ojos.
— No, no... no vas a desperdiciar este hermoso día soleado... es tu cumpleaños, arriba...
— Y porque es mi cumpleaños quiero dormir...
— No, además... — se acercó a la cama y depositó una caja en ella —No podrás ver tu regalo de cumpleaños...
— Déjalo ahí y vete Irin...
— Becky... no seas grosera y mírame...
— Mmm... — sacó su mano y la movió de un lado a otro —. Tienes razón, gracias... ahora vete...
— Te golpearía, pero es tu cumpleaños y tu madre querrá verte... niña maleducada...
— Si... si... ¿No tiene una novia que torturar?
— Aunque sea ve tu maldito regalo antes de que me vaya...
— Está bien — suspiró y se destapó encontrándose con un muy peludo y oscuro amigo. Aquellos afilados ojos la escrutaron escrupulosamente y sin dudarlo, se arrimó a ella y pasó su suave cabeza bajo el mentón de la muchacha ronroneando.
— ¿Te gusta? — dijo alegremente la rubia mientras acariciaba el lomo del pequeño.
— ¿Un gato? ¿Sabías que Richie es alérgica a ellos? Va a matarme... — tomando al gato en brazos y acariciándolo.
— Pero es muy lindo ¿o no? además es perfecto para ti...
— ¿Por qué? Porque parezco una vieja quejosa ¿no? ¿Ese futuro me depara? — dijo entre risas y la rubia negó con la cabeza ante el raro sentido del humor de su amiga.
— Estás muy sola últimamente, un poco de compañía amistosa no hará daño... además, siempre te quejas que los hombres sólo quieren "eso" y bueno, ahora tienes un buen macho para cuidar y que te cuidara... — rió Irin mientras se sentaba al borde de la cama. Becky acariciaba el lomo del gato que se refregaba contra su pecho con ímpetu, logrando que le diera cosquillas.
— Es muy mimoso — sonrió besándole la cabeza —. ¿Tiene nombre?
— Sí, la mujer que lo dio para ti me dijo que se llama Freen... — sonrió.
— ¿Señora? — detuvo las caricias dirigiendo la mirada hacia la rubia y, extrañamente, el gato hizo lo mismo.
— Una amiga de mi madre encontró este gato en la calle y le pareció tan lindo que lo agarró, pero como ella no puede tener animales me lo ofreció y yo pensé en ti cuando lo tomé...
— Oh — luego sonrió y agarró al gato poniéndolo frente a ella, su nariz tocó con la del gatito y ella sonrió tiernamente —. Freen ¿tienes hambre? — el gato le lamió la nariz y ambas muchachas rieron.
La castaña se puso en pie dejando al gato en el suelo para que se familiarizara con la casa mientras ella y su amiga iban por algo de comida para el pequeño nuevo habitante del departamento.