A los muertos no se les llora.
O eso es lo que su padre, YeonGeun, le dijo siempre.
“Si les lloras su muerte, no dejarás que su alma descanse en paz”.
Así que JungWon a su corta edad de 6 años tuvo que guardarse el llanto mientras veía a su madre ser sepultada.
Tampoco se le permitió guardar un luto, pues debía entrenar para ser un “buen Alfa”.
Toda su vida, desde que tenía memoria, su único propósito era el ser un Alfa admirable, justo como su padre, quien era la mano derecha del capitán.
Un Alfa no llora, un Alfa no juguetea, un Alfa no es débil, un Alfa no muestra sumisión ante nadie. Y sobre todo, un Alfa siempre deberá encontrar un buen Omega.
JungWon no pudo tener lo que llamaría un amigo, al menos los demás Alfas con los que entrenaba no podrían considerar llamarse así. Eso hasta que conoció a YoungJae, el lindo Omega hijo del capitán.
Cuando cumplió 20 años, le fue asignada la tarea más importante hasta ahora; ser su guardaespaldas.
YoungJae era un Omega hermoso, con un encantador aroma a Pera y Guindas, era cálido, amable y divertido, fue él quien comenzó a agrietar el caparazón de mezquindad de JungWon y aunque recibió varios regaños de parte de su padre por ello, no se arrepentía, estaba emocionado de tener por primera vez un amigo y que éste a su vez fuera tan asombroso.
Pero gracias a su acercamiento tan íntimo con el Omega, su padre tuvo la maravillosa idea de que JungWon podría ser su Alfa. JungWon tuvo que contener su cara de horror ante ello para no ganarse unos gritos.
No había nada de malo en YoungJae, pero JungWon sólo lo veía como un buen amigo al que cuidar, eso era todo. Aun así, le dijo a su padre que intentaría acercarse un poco más al menor de esa forma.
Por supuesto que no lo haría.
Sólo necesitaba mantener a su padre lejos por un rato hasta hablarlo con YoungJae.
YoungJae... YoungJae era un tesoro. O al menos sus padres; el capitán Choi Mark y Choi HaeChan, lo llamaban así. Un tesoro que debía ser protegido a costa de todo y por ello, en un mundo renaciendo después de lo que se creyó su muerte, con nuevas formas de vida apareciendo y mayormente siendo peligrosas, ese tesoro era la prioridad para resguardar.
Después del ataque de unos “rompehuesos” (como a JungWon le gustaba llamarlos) todo se había vuelto un caos. El único daño había sido una enorme abolladura en las puertas de acero, y eso había sido suficiente para que el capitán decidiera enviar a su tesoro a esconder a una aldea lejana.
Una aldea que es conocida por ser cuna de los mejores guerreros que las instalaciones han tenido. Uno de ellos era un soldado Alfa de mayor rango que JungWon y el cual se encargaría de llevar a YoungJae y cuidar de él mientras tanto.
JungWon por supuesto iría con él. Por protección extra.
- Esto es importante, JungWon. - habló su padre mientras guardaba su uniforme en su maleta. - Esa aldea está llena de salvajes, será mejor que cuides bien a YoungJae. - su padre cerró la maleta y se la tendió al menor, el cual la tomó, pero al notar que su padre no la soltaba, levantó la mirada para encontrarse con unos ojos severos y fríos. - No te relaciones con ellos, ¿entendido?.
JungWon asintió rápidamente, haciendo que su padre por fin le entregara su equipaje.
- Haz que me sienta orgulloso de ti, recuerda que a tu madre le gustaría que fueras un buen Alfa. No hagas ninguna estupidez. No me falles. - le recordó.

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SUSURROS DEL CORAZÓN ˖♡♡˖ SunWon
FanficJungWon fue criado por su padre para ser "un Alfa perfecto". SeonWoo sólo está enamorado. O En un mundo renaciente, JungWon es enviado a un lugar apartado y lejos de su hogar como el guardaespaldas del hijo Omega del capitán, y el futuro Alfa de la...