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-¡Kei, aquí!

A zancadas, Kazutora consiguió huir de la lluvia, arrastrando a su novio tras de si, refugiandose bajo el techo de un local abandonado. No quería reírse, pero luego de haber estado corriendo bajo el agua como un par de niños, le fue imposible no contagiarse de las carcajadas provenientes de Keisuke.  

-¡Deberíamos hacer eso más a menudo! -entre risas, Baji se acercó a él y le rodeó las caderas con los brazos, pegando sus mojados cuerpos entre si. 

- No me convence. Nos podemos enfermar. 

Con una mueca casi puchero, Baji fregó la punta de su nariz contra la mejilla del ojiambar, tal como un minino buscando cariño.  A Kazutora le fue imposible no hacerle caso a sus demandas, y extendió una mano para revolver su mojado cabello negro. 

- Una aventura es más divertida si huele a peligro. -canturreó en un espantoso español, Kazutora le miró cada vez más extrañado. 

-¿Y eso? -alejó un mechón oscuro que tapaba la visión a los ojos café de su amado, éste sólo se rió. 

-¡Me lo enseñó Ryusei! -entre risas, le tradujo la expresión y Kazutora sólo suspiró. 

Negado a seguirle el juego, sólo se pegó más a él,  en busca de recibir calor de su parte. El frío comenzaba a calar en sus huesos y no le hacia muy feliz eso. Era un tigre amante del calor. 

Murmuró algo que a Baji le sonó como "quiero casa", por lo que aceptando la propuesta de su novio, le tomó de la mano para comenzar la caminata bajo la lluvia hasta su hogar.

-¡Oh mira,un puesto de crepes! Quiero un-

-nisiquiera lo pienses, Keisuke, a casa. 

- bueno..  

Ahorrándose los pucheros y llantos, Baji bajo la cabeza y siguió caminando de la mano de su friolento y malhumorado novio. Si hay algo que a un gato no le gusta, es el agua. Y Kazutora es un gato grande, así que menos aún le va a gustar el agua. 

...  

...


-QUE FRIO HACE.  

Baji rió, mirando embobecido a su ahora gruñón novio, cuando al llegar a su casa comenzó a desnudarse sin esperar a nada. En cuestión de minutos, sólo unos boxers eran lo que le mantenía vestido. Baji tragó saliva.  

-Puedo ayudarte con eso. 

Kazutora volteó la cabeza para verle, aunque primero sintió las grandes y ásperas manos de Keisuke sobre su cintura.  Una sonrisa se formó en sus labios mientras sentía aquellas manos tan conocidas recorrer sus costados, y finalmente un suspiro se le escapó cuando la punta de una lengua traviesa recorrió las líneas de su tatuaje. 

El calor rápidamente hizo presencia en su rostro, sus manos temblaron sin saber a donde ir a parar. Tragó saliva y sus piernas flaquearon cuando al moverse sintió algo que definitivamente no era la rodilla de Baji contra sus glúteos. Vaya que tenía vida propia esa cosa. 

- Tengo frío, Kei, déjame ducharme.. 

Algo que sonó a gruñido brotó de la garganta de Keisuke, quien dio un paso hacia atrás, apartando las manos de su cuerpo.  Kazutora estuvo a punto de ceder al ver como le hacia ojitos de cachorro, pero decidió que era más necesario ducharse con agua caliente antes de poder pescar un resfriado.

Luego de darle un beso en la mejilla, se fue hasta el baño dispuesto a darse la anhelada ducha caliente. Mientras tanto, Baji sólo se cambió la ropa por una seca, lanzándose de lleno al sofá grande que adornaba su sala de estar. 

Return [Bajitora] TRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora