Con Cariño

Tus Lunares

En cada ocasión en que resaltas tu fascinación por mis pecas, logras dejarme sin palabras. Me aseguras que en mí encuentran su perfecto hogar, que no podrían verse mejor en alguien más. Que su distribución se asemeja a la danza de los astros en el universo, y que su tonalidad realza la belleza de mi pálida piel. Tus palabras me enloquecen, embriagando mis sentidos con tus incoherencias, pues aún no comprendo cómo algo tan mundano y cotidiano, algo que yo considero un defecto, pueda ser motivo de tal admiración por tu parte.
Incluso llego a dudar de la seriedad de tus palabras, porque no es posible que me adores tanto, de esa manera.

Sin embargo, hoy, al contemplar los lunares que decoran tu piel, he hallado trazas de ese sentimiento en mí; quizás sobrepensar tu aparente obsesión con mis marcas, terminó por convertirme también en un obsesionado.
Cada nuevo lunar que descubro en tu cuerpo aviva la llama de mi deseo por ti, haciéndome sentir una conexión más profunda contigo.

Memorizo con ternura la ubicación de cada lunar, acaricio con delicadeza la piel, y examino con detenimiento, impregnando mi mente de cada detalle... No sólo por la preocupación de su posible malignidad, sino también por el deseo ferviente de conocerte más íntimamente y de guardar en mi memoria cada parte de tu ser. Ese lunar que se esconde bajo la tela de tus pantalones, en la piel suave y sin broncear de tus muslos, se conviertió en uno de mis tesoros más preciados.

Estos diminutos puntos oscuros, dispersos caprichosamente por tu piel, son imperfectos pero exquisitos en sí, entorpeciendo por un instante cualquier pensamiento negativo sobre las hiperpigmentaciones. Sueño con besar cada marca, y espero que, al fijar tu mirada en ellas nuevamente, me halles presente en tu corazón.

Anhelo ser como un lunar más en tu piel, deseo ser como un lunar en tu corazón; un detalle único que te acompañe, marcando el compás de tus latidos en cada momento.

Con cariño, Tweek Tweak.