You Kept Me Like A Secret, But I Kept You Like An Oath.

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La final de baloncesto era todo un acontecimiento, profesores, alumnos, padres y hermanos se reunían aquel día para presenciar el más grande de los eventos de la preparatoria. Sarada por supuesto se hallaba ahí junto a todo su grupo de amigos; unas líneas amarillas pintaban sus mejillas a petición de su amiga Chou-Chou, en apoyo al equipo.

De baloncesto sabía lo mismo de astrofísica: nada; para ser francos, era algo que no era de su interés, sin embargo, debía admitir que algo que le gustaba era el ambiente contagioso y alegre, la energía de la multitud agitándose entre colores amarillos del lado de su grada y el color azul oscuro de los simpatizantes del equipo rival justo al otro lado de la cancha.

Los gritos femeninos la aturdían cada que el jugador estrella del momento poseía el balón y por supuesto, ella no podía controlar el rodar sus ojos cada que aquello ocurría.

- En verdad no sé qué es lo que ven en mi hermano... - Boruto parecía realmente intrigado cuando su atención fue captada por un cartel con la cara de Kawaki impresa.

- ¿Acaso no es obvio? ¡es el más popular y guapo de toda esta escuela! – Chou-Chou respondió casi ofendida por el comentario – Cualquier persona con buen gusto moriría por salir con él.

La Uchiha alzó la ceja con escepticismo ante tal afirmación.

- Bueno... - Exhaló una risa irónica – Creo que habrá varias decepcionadas cuando sepan que ya está saliendo con alguien – El rubio cruzó los brazos despreocupadamente detrás de su cabeza y completamente ignorante de la bomba que había lanzado.

- ¡¿QUÉEEEEE?! ¡¿CON QUIÉN?! – La Akimichi se abalanzó sobre él, como si saber la respuesta fuera cuestión de vida o muerte.

- L-la verdad no lo sé – Algo nervioso trataba de zafarse del fuerte agarre de la chica- Solo escuché que le decía a mi padre que quería presentarle a la persona con la que ha estado saliendo después del partido.

Sarada abrió los ojos con sorpresa ante la declaración de Boruto y rápidamente giró el rostro hacia su mejor amigo, quien estaba totalmente asombrado al igual (o quizá más) que ella, con la mandíbula ligeramente abierta y a pesar de la espesa pintura amarilla en la pálida piel, el sonrojo se esparcía por sus pómulos.

- ¿Es cierto? - Ella se acercó susurrando.

- Yo no... no sabía de eso - El albino volteó a verla aún conmocionado por la noticia - ¿Y si es una sorpresa?

Esto por supuesto no le dio para nada buena espina a la azabache, ¿por qué Mitsuki no estaba al tanto de ello? Conociendo a Kawaki, dudaba que fuese el tipo de persona que da ese tipo de "sorpresas". El presentimiento de que algo malo estaba sucediendo se clavó en su espina dorsal, temiendo que su mejor amigo podía salir herido de alguna manera.

La contraparte en su mente frenó sus pensamientos, calificándose a sí misma de exagerada...quizá se estaba equivocando, tal vez Kawaki si buscaba sorprender a Mitsuki... sí, probablemente así era.

Debía confiar.

Notó cierto nerviosismo cuando los ojos del albino se enfocaron en Naruto Uzumaki, quien se encontraba en primera fila.

Ella gentilmente colocó una de sus manos en su hombro.

- Tranquilo, todo saldrá bien. – Dijo en un tono casi consolador.

- Lo siento, es solo que todo esto es tan repentino, ¿Cómo va a tomarlo el señor Uzumaki?

- El papá de Boruto es un verdadero sol, créeme, no hay persona más amable que él y estoy segura que te amará – Aquella seguridad logró que Mitsuki se sintiera un poco más confiado.

El rugido del público nuevamente captó su atención hacia el partido, pero Sarada aun mantuvo la mirada fija en el perfil de su amigo y lo atento que estaba a cada movimiento de su "novio"; las lágrimas se acumularon insistentes en sus ojos al identificar aquello que dolorosamente quebraba sus costillas.

Cada minuto fue agonizante, con su mente dando vueltas lejos del partido, esperando por el momento en el que el puñal sería enterrado en su corazón; acumulando el valor suficiente para sonreír hacia Mitsuki, mientras la culpa dejaba caer su peso sobre ella al no compartir la misma alegría que él.

"Si él es feliz, yo seré feliz"

¿Cómo podía ella decir aquello, si veía las fauces abiertas del lobo a las cuales Mitsuki se dirigía?

El estruendo de las gradas la regresó de golpe a la realidad, cuando el partido había terminado y justo como un héroe, los jugadores alzaban a Kawaki sobre sus hombros, celebrando la esperada victoria. El entusiasmo del público se asemejaba a una avalancha precipitándose hasta la cancha, vitoreando al jugador estrella del momento.

Era la hora.

- ¿Sarada? – Notó la preocupación en él - ¿Estás bien? – La azabache tan solo asintió en silencio. - Boruto y los demás ya se adelantaron, vamos con ellos – Se estremeció al contacto frío de sus dedos sosteniendo firmemente su mano y comenzó a guiarla para descender por las gradas, hasta que el agarre se deshizo en el último escalón y comenzaron a abrirse paso entre la multitud.

Caminando detrás de él, Sarada seguía los pasos de su amigo de cerca, con la cabeza baja, mirando cada paso dado, pero con su mente viajando a dolorosos escenarios y conteniendo la tristeza insistente en sus lagrimales. 

Súbitamente chocó contra la varonil espalda del peliceleste, sacándola de sus pensamientos. 

- ¿Qué ocurre? – Se acercó a él por tan abrupta pausa en su andar, pero él tenía la vista fija en el centro de la cancha.

Estaba en completo estado de shock y su piel había palidecido aún más de lo que naturalmente era, su quijada estaba ligeramente abierta y los puños a sus costados se apretaban con fuerza.

Intrigada, miró hacia lo que había captado la atención de su mejor amigo.

Era bien sabido que, si la belleza y perfección fuesen una persona, esa sería Eida, la futura promesa a reina de belleza de la ciudad. Se había graduado el ciclo escolar pasado, y ya había sido el rostro de importantes marcas de cosméticos gracias a su popularidad en redes sociales, sin embargo, Sarada aún la recordaba imponente y hermosa, paseando  y su uniforme de porrista por los pasillos de la escuela.

Su larga cabellera azul se mecía hipnótica ante la vista atenta de todos los demás, saludando con elegancia a cada uno de los miembros de la familia Uzumaki, mientras Kawaki se hallaba justo a su lado, tomado de su mano. 


*** *** ***

Nota: ¿Alguien más odia a Kawaki tanto como yo? 

You Belong With Me (MitsuSara)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora