10. Latidos

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Me encuentro en una situación poco favorable para mí.

No tengo idea de si ella puede sentir lo rápido que late mi corazón.

Que idiota, está recostada en mi pecho, es obvio que lo siente.

– ¿Por qué estás tan agitada, Ren?– me miró.

El color se me fue de la cara y mi corazón se aceleró aún más, empiezo a creer que puede romper mi caja torácica.

— ¿Yo? Pff, claro que no.

Se rió de mí.

– Si no te gustaban las películas de terror podías decirme – se burló y volvió a recostar su cabeza en mi pecho.

— Sí, creo que si... – Estuvo cerca.

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— Sí, el de cabello de lechuga es mi hermano, llegó hace unos días.
Sam entrecerró los ojos y después alzó los hombros. Sonreí y la abracé por la cintura.–¿Quién pensabas que era?– Reí

– Tu novio- admitió y yo la miré sin decir nada por unos segundos.

— No te sería infiel– rió y volteó a ver a otro lado, pude ver como se sonrojó.

– Ya puñetas, sí me pongo roja.– me separé de ella y me senté en el sofá.

—¿Y pensar que te cagaba y ahora hago que te sonrojes– me miró mal y yo volví a abrazarla– Es broma– me miró mal– O no...–Me reí

–Entonces... ¿Te gustaría ir a cenar los tres?– alcé una ceja

—¿Los tres?– asintió- Acepto – Entreché su mano.

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Sí ya lo se, pero todos estamos de acuerdo en que el único bribón aquí es Rivers – Todos en la mesa reímos pero Sam no y solo nos miró mal.

Estábamos en una cena con todo el grupo de Streamers, el único que no estaba era Juan.
Ari estaba sentada a mi izquierda y Sam a mi derecha, acabábamos de empezar a comer y ya todos estaban en un buen ambiente.

– Ya pendejos, si me iban a invitar para que me insultaron – todos empezamos a reír de nuevo.

— Sí no la controlas no la fumes, Rivis. – hablé.

– Es la dislexia, ya dejen a mi bebé – Ari se quejó

Sam frunció el ceño y yo le sonreí, esta me miró y me devolvió la sonrisa, le extendí mi mano y la tomó. Se sentía tan suave.

-Ayyy, mira men, se aman y se agarran de la mano – Sam se rió y me soltó, yo reí bajo, extrañando su tacto.

– Ya pendejo– se quejó, su rostro estaba rojo y yo lo disfrutaba.Reí

- Ya admitan que son novias- Ari habló y yo sonreí y Sam negó.

— Ren no es mi tipo– mi sonrisa se borró y miré para otro lado.
- Ya hiciste enojar a la niña- Osvaldo tomó mi mano desde el frente de la mesa.

— Valdo sí me aprecia–.

Después de un rato más y de terminar de cenar, me despedí de todos.

— Creo que ya es hora de retirarme – me levanté de mi lugar y saqué mi billetera, Ari negó y dijo que como ella nos había invitado, ella pagabanm, yo insistí pero se negó.

– ¿Me puedo ir contigo? No quiero irme en uber – Sam preguntó y yo asentí.

Cuando subimos al auto, la mitad del camino fue en en silencio hasta que Rivers habló.

En mis sueños | Rivers GGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora