Contigo, pierdo la cabeza.

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Es un hecho que después de haber enfrentado tantas cosas juntos, no se tengan confianza el uno del otro; se jugaban la vida luchando contra las maldiciones a la vez que se apoyaban mutuamente, batallando codo a codo, además de ello pasaban más que suficiente tiempo conviviendo unidos para dejar de ser tan solo "compañeros" y considerarse ahora como amigos.

Al principio tuvieron una opinión distinta de cada uno, con el tiempo de conocerse fue cambiando pero seguían bromeando entre ellos. Fushiguro decía al verlos, que era más que obvio que compartían la misma neurona cuando se trataba de algún momento random o se unían para fastidiarlo.

A pesar de todo, Yuuji aún se sorprende de las ocurrencias que Nobara hace, lo que lo conlleva a aprender que no la conoce del todo y lo toma desprevenido.

Como el día que el trío llegó de una misión; Fushiguro se dirigió directamente a las duchas mientras que Kugisaki le mencionó a Itadori que Nanami había dejado algo para él –cómo no estaba en ese momento, ella lo guardó en su habitación– y así entregárselo antes de olvidarlo.

Bueno, apenas dio un paso dentro de su alcoba se retiró la chaqueta que era parte de su uniforme y seguidamente –no supo cómo– se quitó el brasier en un abrir y cerrar de ojos.

A Yuuji lo tomó por sorpresa.

—¡Ya no aguantaba más! —suspiró aliviada.

Sus pómulos se tornaron rojizas mientras volteaba hacia otro lado y poniendo una de sus manos junto a su rostro para ocultar aquella parte de su campo de visión.

Había oído –visto en series y mangas– que a las chicas les incomodaba el sostén si lo usaban por un largo periodo de tiempo –claro que había excepciones– y que al llegar a sus casas lo primero que hacían era removerlo de su cuerpo. No creería que su amiga lo haría en frente de él.

Iba a hacer un comentario al respecto de que no se olvidara que él estaba ahí, pero tampoco quería recibir un golpe de su parte cuando su cuerpo estaba agotado por el trabajo.

No hizo falta, lo vio de reojo y olvidó por un segundo que no estaba sola, trató de mantener la calma, suspiró profundamente para aliviar sus sonrosadas mejillas y habló tranquilamente:

—Vaya, que caballero... —alegó con un poco de burla —Lo siento, pero estoy en mi cuarto y el hecho de que estés aquí no me impedirá estar cómoda. —Se sintió un poco más aliviada sabiendo que se trataba de Itadori, aunque no admitiría que le tenía la suficiente fiabilidad como para andar así. Le entregó el paquete en sus manos.  —Además, no es que me haya desnudado.

Salió de allí avergonzado.

...

No sabía cómo ni cuando sucedió pero habían quedado flechados el uno por el otro, Itadori no esperaba más allá que un fuerte lazo con ella, pero esa conexión fue creciendo con el tiempo y accedió a sus verdaderos sentimientos; Kugisaki comenzó a sospecharlo una vez que lloró por él apenas a dos semanas de haberlo conocido cuando se enteró que había muerto", se hizo un lugar especial en su corazón.

Fushiguro mencionó que se lo esperaba de alguna manera, después de todo el decía que sus cerebros se coordinaban para realizar locuras o estupideces juntos, incluso se unían para arrastrarlo a él en sus tontos juegos. Pero en el fondo se alegraba por ellos –cosa que no decía porque no quería que lo fastidiaran con "tiene un buen corazón" u otras cursilerías que se les ocurriera–.

Claro, ambos chocaban en distintas opiniones pero llegaban a un acuerdo o simplemente se seguían el juego. De todas maneras, Yuuji no sobrepasaba el límite y trataba de no incomodarla en situaciones que él pensaba que requerían de su permiso.

Contigo, Pierdo La CabezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora