®Pasado y Presente.

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Will podía recordar con su mente especial, aquel día en el que había conocido al gran Dr Hannibal Lecter, aquel hombre alto, elegante y educado, aquel hombre que le gustaba guardar las apariencias y fingir todo lo que pudiera, lo había notado, sabía que ese hombre era un psiquiatra y un psicópata, pero eso no fue la mayor sorpresa, Jack le había comentado que el Dr.Lecter iba a trabajar como consultor de las clases, lo cual era mentira, porque luego de eso, el psiquiatras optó por hacer su emboscada analítica, haciendolo sentir enfadado e invadido, pero el ya lo sabía, sabía que su jefe le había conseguido un psiquiatras, a él, al empático e inestable Will Graham.

El agente recuerda las primeras citas con su psiquiatras, su molestia era tan evidente que el doctor siempre mantenía su distancia y lo observaba de lejos sin mencionar su disgusto por el contacto visual, como siempre, manteniendo su traje de "Dr.Lecter el más educado", pero los días pasaban, al igual que sus citas aumentaban y cada vez que iba conociendo más al doctor, sus neuronas hacían lo que mejor sabían hacer (empatizar) y se sorprendía estando plenamente cómodo en la silla del psiquiatra hablando de cualquier cosa en particular, se dio cuenta que no eran citas si no más bien charlas de "amigos", eso empezó a impacientarlo y hacerlo sentir incómodo, lo cual el doctor había noto, pero para su sorpresa el psiquiatra solo había sonreído y le había dicho que no había razón para sentirse incómodo, cada uno disfrutaba la compañía del otro y si eran tan buenos amigos, por qué no seguir así, entonces will decidió hacer su mejor esfuerzo por no hacer las cosas más incómodas puesto que ya había tenido mucha incomodidad toda su vida, pero como siempre, el psiquiatra era impredecible y lograba que las cosas salieran a su manera.

Un día, como si fuera algo normal o común, el psiquiatra lo invito a una cena en su casa y él en automático había contestado que si, pero en verdad hubiera preferido decir que no y aún así, esa misma noche después de la cena, se sentida tan tranquilo y relajado que al volver a su casa pudo dormir bien y sin monstruos dejabo de su cama, tal vez el estrés lo volvía más sensible, Jack lo había puesto a trabajar en varios casos a la misma vez y aunque siempre tenía la ayuda del psiquiatra, al final de día siempre se sentía cansado.

Las citas siguieron junto con las invitaciones del psiquiatras a cenar a su casa y mientras más días pasaban, más sentimientos extraños eclosionaban dentro de su mente e incluso muchas veces después de las cenas, de regreso a casa se encontraba extrañando la compañía del psiquiatra, las cosas seguían ocurriendo de la misma manera, trabajo, las noches con sus perros y los días de sus citas con su psiquiatra.

pero las últimas semanas el Dr.Lecter se había vuelto más intrusivo, como agua por las rocas, se colaba entre el muro que construía el empático y luego de estar dentro se esparcía por todas partes con comodidad. Llegaba temprano por las mañana a casa de will para llevarle el desayuno, otras veces lo invitaba a cenar, algunas veces le daba regalos que él rechazaba, pero al final la situación se volvía tan intensa que se veía obligado a aceptarlos y otras veces se ofrecía a cuidar los perros de will mientras el viajaba por algunas escenas de crimen, fuera como fuera Hannibal siempre estaba ahí y a pesar de eso el agente se asustó de sentirse tan cómodo con la compañía se aquel hombre, puesto que si fuera alguien más estaría incómodo en gran manera al punto de sentirse asfixiado, pero ese no era el caso y lo pudo comprobar aquel día en el que el doctor se había ofrecido con una gran sonrisa para ir de pesca con él.

pero para su sorpresa el psiquiatras había llegado pulcramente vestido con su traje como si en vez de escuchar (pescar) hubiera escuchado (ópera), había sido algo tonto, Hannibal no era tonto o tal vez todo era parte de su plan, poco le importaba, el psiquiatra estaba fuera de lugar, no quiso decir nada solo río en sus adentros, sabía que iba ser divertido, y lo fue, porque para el doctor había sido una pesadilla, sus zapatillas se llenaron de lodo, los pescados habían dejado mal olor en su ropa y Buster había saltado sobre él, ensuciandolo  su ropa de barro y llenándolo de baba, la sonrisa se había borrado de su rostro, pero will reía hasta llorar.

Sin duda había sido uno de sus días favoritos en la vida, nunca había reído tanto. Al volver a casa le dijo que tomara un baño y will pudo sentir la familiaridad con la que ambos compartían el mismo espacio, otro hombre en su casa, con sus perros y en su baño, no era algo que le hubiera pasado en su vida o hubiera esperado que pasara, pero ahí estaba y aún así se sentía bien, se sentía feliz, Hannibal había usado sus ropas más olgadas que tenía para encajar bien, pero aún sin traje se veía, ¿Hermoso?, ¿Elegante?, ¿Adorable?, ¿Lindo?, lindo, ¿cómo un hombre se podía ver lindo ante sus ojos?, era algo estupido pensar que otro hombre se veía adorable solo por usar su ropa, will pensó que era raro y dejó sus pensamientos atrás, al despedirse del doctor se sintió nostálgico, pero se reprendió así mismo porque no debía rechazar su soledad, al final de todo era lo único que le había pertenecido toda su vida.

Luego de ese día, todo continuaba normal, las citas, Hannibal aprovechando cada oportunidad para acercarse a él y poder olerlo o tocarlo, era algo que le ponía los pelos de punta, lo paralizaba, estaba perdiendo el control de sus emociones, pero tampoco quería dejar de sentir aquello que fuera lo que el doctor lo hacía sentir, porque se sentía bien, bueno y acogedor. Entonces ahora estaba aquí, en el presente, comprando un regalo de cumpleaños para el psiquiatra debido a que le había invitado a una fiesta de cumpleaños y no había podido negarse, Hannibal siempre era así y conseguía lo que quería, le había dicho que invitará a sus primos, Hannibal sabía de ellos, Hannibal sabía todo de él y también había dicho que quería presentarle a sus hermanos y will quería hacer eso, tenía curiosidad, tal vez quería sentirse más cercano a Hannibal, así que compraría el maldito regalo, un estupido traje, invitaría a sus primos e iría a esa glamurosa fiesta aunque se sintiera fuera de lugar.

Una numerosa familia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora