Todas queremos a un hombre perfecto. Un hombre ideal. Que nos haga caso, sea guapo, tenga dinero, nos trate bien, que sea bueno con nosotras. Pero nunca nos paramos a pensar en que quieren ellos. Porque si nosotras queremos un hombre perfecto. Ellos querrán una mujer perfecta. Y seguramente no exista ese hombre perfecto ni esa mujer perfecta sin defectos. Porque todos tenemos defectos y tenemos que elegir si enamorarnos de lo bonito de esa persona o de sus defectos. No hace falta que cumpla todos los requisitos de hombre perfecto. A veces con que te quiera basta. Pero para ti seguramente que si es el indicado, te parecerá el hombre perfecto. Y tampoco tienes que ser tu la mujer perfecta de sus sueños. A lo mejor eres todo lo contrario a lo que el quería y aún así. Para el lo eres. Eres todo para el y el todo para ti. Y eso es una buena pareja. Pero tampoco significa que todo vaya a ser color de rosas. Ni que todas esas parejas estén destinadas a estar juntas. Y eso es lo bonito de la vida. Vivir sin saber que te deparará el futuro a quien te encontrarás en el. Yo lo encontré a el. Pasamos complicaciones y dolores de cabeza pero lo encontré a el. A mi hombre perfecto. Sin ser yo una mujer perfecta.
