Al separarse Annie miro a Ellie con ternura, y ese fue la manera en que inconscientemente Ellie olvido todo lo malo, aun que su cuerpo pedía aun más de ella, sabía que Anneliese no.
- Vamos, acuéstate. - hablo Anneliese ayudando a Ellie a acostarse en el colchón, esta hizo algunos sonidos de dolor pero consiguió hacerlo.
Anneliese estaba a punto de irse pero Ellie la paro.
- Quédate a dormir aquí. - pidió
Annie se quedó sin aliento. La idea de pasar la noche en la misma cama que Ellie era tan tentadora como peligrosa.
Ante la petición de Ellie, Annie asintió con reluctancia, sintiendo cómo su corazón latía desbocado en su pecho. Se acostó junto a Ellie, evitó a toda costa mirar más abajo de los hombros de Ellie, la chica seguía sin camisa, sabía lo mal que eso la pondría, por supuesto Williams noto esto así que aún así la abrazo y la pego más a su cuerpo en forma de burla, y en esa misma calma trataban de dormir pero algo lo impedía
- No tengo que ser un hombre y tu lo sabes Annie. - susurro en su oído
La piel de Annie se erizó por completo y no pudo pronunciar ni una palabra. El susurro de Ellie despertó algo en su interior, algo que había tratado de ignorar durante mucho tiempo.
El temor y la incertidumbre se apoderaron de Annie. ¿Qué pasaría si se dejaba llevar por sus sentimientos?
Finalmente, reunió el valor para responder. - Lo sé, Ellie. - susurró, su voz temblando. - No queremos arruinar nuestra amistad -.
Ellie apretó su abrazo alrededor de Annie, su voz llena de frustración y anhelo. - De verdad piensas que esto sería arruinarla? -
El corazón de Annie se apretó al escuchar la vulnerabilidad de Ellie. Sabía en lo profundo de su ser que también tenía sentimientos por ella, pero el miedo a poner en peligro su amistad la frenaba.
Permanecieron en silencio, el peso de sus emociones no expresadas llenando la habitación. Fue un momento agridulce, sabiendo que su deseo mutuo debía ser suprimido por el bien de su amistad.
Mientras pasaba la noche, el sueño las eludía a ambas. La tensión entre ellas persistía, recordándoles constantemente los sentimientos no explorados que tenían el uno por el otro. Pero por ahora, guardarían esos sentimientos en lo más profundo, valorando el lazo que compartían como amigas.
Sin embargo, no sabían que su viaje no estaba lejos de terminar.
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Seattle día 3
Ellie abrió los ojos lentamente y se quedó sentada a una orilla del colchón, mirando detalladamente a la chica que tenía a su lado. Su corazón latía con fuerza al recordar lo cerca que la había tenido. Se levantó con cuidado y salió en busca de Dina y Jesse, pero solo encontró a Jesse.
