One (2/2)

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En medio de la noche, cada embestida era una nueva memoria desbloqueaba que caía en lo más profundo de la garganta de Douma, o es lo que ocurría con el susodicho al tener el miembro de su sagrado señor, penetrar su dulce boca.

Ambos cuerpos se encontraban inertes y sedientos; desconocían las horas que habían pasado, pero para Kibutsuji, era hipnotizante como su subordinado cautivaba su masculinidad con unas cuantas lamidas. La manera en cómo esos labios podían succionarlo se volvían su mejor anhelo y lo podía confirmar a través de los pensamientos de su ajeno quien se ahogaba con su propia saliva caer sobre aquellos carnosos belfos que comenzaba a desear.

────"Maldición... es tan grande, siento que va a romper mi mandíbula."

────¿Romper tu mandíbula?

Preguntó en un resoplo, contemplando las expresiones gesticuladas por parte del "creyente"

────No mi preciada luna, no es lo único que quiero romper por el momento, ahora sigue chupando tu paleta... si lo haces bien, quizás te de un poco mas de mi sangre o lo que tú quieras, ¿entendido?

El peli-plateado asintió ansioso y sin esperar ningún minuto más, clavó sus puntiagudas uñas en las piernas del pelinegro mientras su lengua jugaba con las notables venas de tal hombría, dejándola escapar de su paladar por un par de segundos antes de volver a meterlo y acogerlo como bien sabía, repitiendo las mismas acciones varias veces hasta engullirse por completo.

────Hugh- si... sigue así, carajo!──── Gruñó ante las miles de sensaciones que se acumulaban debajo de sus apretados testículos, echando hacía atrás su cabeza mientras jalaba alguno de esos mechones rubios.

Más no esperaba que unos dedos jugaran y masajearan sus testes como si fueran un par de pequeñas canicas, frunciendo su nariz con total sorpresa mientras jadeaba y observaba dicha mirada llena de sensualidad en aquellos orbes color arcoíris, logrando entender tantas cosas que lo llevarían pronto a venirse dentro de esa boquita.

────"Me gusta tanto mi señor... deje que mis oraciones se cumplan y sus bendiciones caigan sobre mi cara, ¿podría complacer a su fiel servidor?"

Quizás fueron solo unas simples plegarias llenas de descortesía por parte del menor pero aquel juego de palabras se volvía de lo más sucio cuando lo miraba así, arrodillado con las piernas levemente separadas y con sus suaves manos aferrándose a su cadera, susurrando mil cosas que estaba lejos de comprender.

Tal vez Douma vendría ser la definición de un ser sexual, sin embargo, sus palmas se negaban a alejarse de aquellas mejillas regordetas, acariciándolos y atrayéndolos hacía adelante para embestir duramente aquella grosera cavidad que tan inmoral lo volvía.

Pues no sabía que detestaba más, que estaba haciendo caso a las ofrendas de una de sus lunas o que su erección se endurecía con solo haber leído sus pensamientos.

Se iba a volver loco pese a que no le prestaba atención la necesidad que tenía Douma, ya que siempre lo había ignorado y pasado por alto todas esas insinuaciones baratas que cometía frente a sus compañeros, todo desde la vez en que lo había ido a visitar en su templo por asuntos claramente laborales, pero nunca imaginó encontrarlo en una posición muy explicita, siendo follado por un calvo servidor de su culto, antes de ser lo que es ahora, un demonio.

Y pese a que era el momento menos correcto para hacer volar su mente, un fuerte enojo se acumulaba en su pecho, como si su corazón quisiera explotar ahora mismo, no obstante, el desinterés era valioso y la ignorancia un premio que, por un momento, agradeció desconocer de que se trataba ese sentimiento un tanto "peculiar".

Pues no era más que celos, una imagen que lo mataba internamente, corriéndose en la boca del rubio platinado una vez había llegado a su esperado climax.

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⏰ Última actualización: Sep 13 ⏰

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