A la boca del diablo

64 11 6
                                    

Mate estaba atónito, todo lo que le había contado Sergio era incapaz de creerse. La verdad, el ya estaba acostumbrado a historias impactantes y desgarradoras pero esto era simplemente inhumano, sin duda las personas que habían hecho esas barbaridades no tenían corazón o definitivamente estaban locas.

-Este es el caso Mate, hay muchas personas miembro de esta organización que están involucradas en el mundo del automovilismo y más en el Daytona, por suerte la formula 1 está más protegida que nunca ya que hay un agente compitiendo en la categoría.

-Me imagino que ese detective debe ser tu y...Max no?

-Me conoces bien Mate, muy bien.

Después de que Sergio y Mate estuvieran hablando e intercambiando alguna que otra palabra de más a cerca de sus vidas, llegaron a él punto clave de la conversación.

-Si como te dije, aveces Max es un poco celoso pero es lo normal, sabes? Estoy pensando si realmente es conveniente que sigamos haciendo misiones juntos.

-Si, por poco más y no termino con una sobrina jajajá.

-Sip es lo más probable...y tu como andas Mate? Ya lo superaste o no?

Fue en ese preciso momento en que el corazón de Mate se acelero como nunca antes, su pulso aumento y hasta puede decir que sus patillas y su frente estaban empezando a transpirar a pesar de que no hacía mucho calor.

-Hablas de eso no?...

Con escuchar solamente la voz quebrada de Mate, Sergio se lamento.

-¡¡Ay no!! ¡¡perdón!! Perdóname Mate, como lo siento, la verdad... lo siento mucho, puedes perdóname porfavor?

Inmediatamente Sergio corrió a abrazar a Mate, por más de que el menor le sacaba un metro y medio de estatura, el encontró la manera de consolarlo, sabía que terminaría con varios dolores de rodillas y de cintura, pero no era algo que el no podía soportar.

Podía soportar los dolores, pero no podía soportar verlo llorar.

No podía soportar ver a su figura de hijo llorar.

Ni tampoco lastimandose.

- E-es muy duro...demasiado

Sergio se quedó en silencio, escuchándolo, porque para el no importaba el resto, solo importaba el y Mate.

-No pu-puedo soportarlo más, siento como mi corazón se estruja y se aprieta con tanta fuerza, es como una herida que tratas de sanar pero cada vez se abre y se abre, es como si me echaran sal en una herida una y otra vez. Es un bucle en el que estoy atrapado y me da miedo no poder salir.

-Tienes que ser fuerte mi niño, ella hubiera querido que lo superaras...que te cuides.

-Pero ella ya no esta Sergio.

Los dos se quedaron en silencio, esperando la respuesta del otro, siendo otra vez esclavos de el.

-Mate...

-Ella era mi motor, mi luz, mi vida...lo perdí todo por una estúpida misión.

Los insultos secos con dolor y remordimiento de Mate más las palabras de dolor y elogio, era el reflejo del dolor que sentía, el reflejo de algo que tuvo y se perdió en el viento o en la vida.

-Mate

-No lo entiendes Sergio, y nunca lo entenderás. Dijo Mate separándose bruscamente de su abrazo, mirando fijamente a Sergio.

En ese momento cuando lo miro, Sergio no pudo explicar lo que vio, fue un ataque de emociones. Los ojos de Mate reflejaban su ira, dolor, remordimiento y arrepentimiento, pero más que nada reflejaban el vacío de su alma.

-Nunca debí mencionar el tema.

-Esta bien, no importa, me di cuenta de que todavía no lo supere y, si me disculpas tengo un asunto que atender.

Dijo Mate tratando de irse lo más rápido, y, sin despedirse de Sergio enmarcó camino hacia el hotel sin mirar atrás.

Y Checo lo dejo.

Porque sabía que en ese momento el no estaba en condiciones de hablar.

Y menos de despedirse.

Lo único que reflejaba era su gran intención de irse y acurrucarse.

Después de que Mate se fuera muchas personas empezaron a transitar por el callejón, ya que el aire había expandido todas las fermonas posibles.

Y eso es bueno ya que en ese lugar, antes de que muchas personas pasaran por ahí, había sido una atracción turística de olores, muy fuertes y poco tenues a decir verdad.

Sergio se quedó un poco más en ese callejón, sentado en un banco viejo de plaza hecho de madera, admirando la brisa de aire que emanaba aquel lugar y de lo cálido que se sentía, a pesar de que solo era un humilde callejón.

Cuando Mate llego a su habitación, lo primero que hizo fue tirar la tarjeta de entrada, su abrigo y el sobre que le dio Sergio al piso. Hacía mucho frío afuera pero adentro se sentía un ambiente cálido, así que se quito su bufanda y su abrigo y sin esperar más se arrojo a la cama.

Por que? Se preguntaba el, ¿Por que la vida era tan injusta con el? ¿Le debía algo a alguien? ¿Le había quitado algo a alguien? Tratando de buscar respuestas solo encontró más preguntas.

Lloro? Si.

Pero se sentía liberado, no podía explicar mejor esa sensación, era como si por fín las cadenas que lo mantenían atado se aflojaran, como si los nudos que lo mantenían confundió y agobiado, se empezarán a ordenar y acomodar en su cabeza.

Era simplemente relajante y hermoso

Es como cuando encuentras las respuestas a todo, ya no hay preguntas solo hay una infinidad de respuestas y emociones.

Y eso lo hacia sentirse feliz.

Después de que se reincorporarse, empezó a investigar a cerca del caso de la mafia petrolera, involucrada "supuestamente por las investigaciones de Sergio" en el mundo del automovilismo.

Cuando tuvo la suficiente información recolectada, sacó un chip y se dispuso a guardar la información en su saco, asegurándose de enviársela a su compañero para después borrarla unos pocos minutos después.

Nunca guardaba ninguna información importante en su teléfono.

Era como tirarse derecho a la boca del diablo.

Y si iba a tirarse era preferible no regalarse.

.....

Mientras tanto, en en lugar a las afueras de la ciudad de Tokio, más específicamente en un campo casi desierto, se encontraba un detective disfrutando de la comodidad de sus sofá mientras investigaba un poco más a cerca del atentando que dará  próximamente la organización terrorista cuyo nombre no es más que una burla a sí mismos.

Pero, toda esa paz iba a ser interrumpida por un golpe en la puerta.

Finn no estaba esperando visitas y calculo de que Holley tampoco.

Con mucha cautela se levantó del sofá y agarro el arma más cercana, se fijo si estaba cargada y al ver que si, se dispuso a dirigirse a la puerta de entrada.

Justo cuando empezó a dar vuelta la manija de la puerta, una patada proveniente de su contrincante lo empujó, haciendo de que pierda un poco el equilibrio.

Estaba a punto de disparar cuando el hombre se dejó ver.

-Ya se te olvido el saludo no?...

-Max Verstappen?, quien lo diría.

-Sigues joven todavía pero as perdió un poco el toque Finn.

-Como si tu estuvieras mejor, por al menos yo sigo soltero.

Instantáneamente los dos sujetos empezaron  a soltar risotadas, haciendo que le ambiente frío se tornara a uno cálido y acogedor.

-Y bien, que me traes ahora?

-Una ciudad fría y sangrienta, un concepto que con sólo dos palabras se define perfectamente, "Las Laminas"

-Excelente, más picante a la olla.

-Como dicen, si te vas a tirar hazlo bien no?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 09 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Pasión En La Cia -FinnMateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora