¿Qué pasaría si Pedro Pascal responde tus mensajes en instagram?
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Había pasado todo el día viendo vídeos de él.
Al parecer, al igual que medio internet, estaba enamorada de aquel actor. Pedro Pascal, el papi de internet.
Al principio fue solamente una broma tonta pero con cada noticia, cada foto y cada video que veía de él me iba encariñando de manera extraña con él.
Pronto, al igual que todos, se convirtió en mi amor platónico. Estaba enamorada de Pedro Pascal.
Me metí a su instagram con una sola misión, una tonta y traviesa misión.
Anteriormente me había tomado una foto sexi, algo provocativa pero no obscena, me imaginé qué sería buena idea enviársela. Sabía que no las posibilidades de que aquel hombre, que seguramente vivía en el diario ajetreo, jamás vería aquella foto.
Al día siguiente, al tomar mi celular y revisar mi perfil noté que tenía un mensaje de Pedro Pascal.
Me levanté de la cama, me senté en ella, me froté los ojos con las manos, quizá estaba alucinando porque acababa de despertar. Pero cuando volví a abrir mis ojos allí estaba aquel mensaje y en el perfil aquel verificado que me hacía palpitar el corazón.
Primeramente me sentí avergonzada de mi acción, atrapada. ¿Qué iba a pensar de mí si nuestra primera, y quizá única, interacción sería de ese modo?
Abrí el chat después de todo era lo que había deseado. ¿Y si solamente era un mensaje reprochando mi desfachatez?
"Qué bella te ves."
Morí por un instante. No podía creerme que realmente aquellas palabras habían sido redactadas por los dedos de aquel hombre que, si lo miraba de frente, me haría tambalear y quizá hasta desmayarme de la vívida impresión.
"Hola, señor Pascal, disculpe la foto tan atrevida, la verdad no pensé que fuera a verla, por eso la envié."
"Dime Pedro, está bien." "Y no te preocupes, hiciste bien en enviármela, mis ojos se deleitaron contigo."
Sentí miedo, emoción, euforia. Todas las emociones atacándome como conspirando contra mí. ¿Cómo se encontraba él, divertido por jugar así, le causaría placer? Igualmente no me importaba, me encantaba aquella situación.
Recordé aquel video, se consideraba un rompecorazones. Sonreí.
"Bueno, entonces supongo que estamos a mano, Pedro. Tú me has deleitado por mucho tiempo y era tiempo de devolverle el favor."
"😂😂😂" "¿Eres otra de mis hijas perdidas?"
"Me temo que sí. Yo me preguntaba, aprovechando está oportunidad, si podrías tú regalarme una foto solo para mí. Sería muy especial."
Foto. "Para una fan tan leal como tú, por supuesto."
En la foto se le veía aún en su cama. Era interesante que estuviéramos en el mismo lugar. Sus rulos largos se encontraban desordenados sobre su cabeza pero incluso así se veía malditamente atractivo. Su rostro digno de un Adonis y su sonrisa, aquella sonrisa que a todos sus fans volvía completamente loco me saludó.
Chillé de emoción al ver aquella foto.
"¡Gracias, Pedrito. Eres el mejor!“
"Gracias a ti. Estamos en contacto, me caes bien."
Brinqué en la cama de la emoción, en ese instante amé vivir sola para poder sacar toda mi emoción a base de gritos y brincos cual niña emocionada. Una parte de mi quiso subir todo a las redes sociales y que todos me envidiasen pero luego en un momento de lucidez pensé que era mejor no hacerlo. Era mejor así, quizá, si tenía suficiente suerte, hasta podría conocerlo en persona.
Fue lo mejor. Observé la foto por el resto de la mañana y me permití soñar despierta.
