Mi Mercancía Personal [ABO]

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Abro los ojos parpadeando continuamente, sigo en el piso frío de la oficina, desconozco cuando quede inconsciente, Ava no dejaba de patearme, era golpe tras golpe.

Ava...
Se atrevió a golpearme, y lo peor es que no me defendí, nunca había sido ultrajado de esta forma, ni siquiera mis padres me pusieron una mano encima.

Trato de levantarme pero siento un tremendo dolor en mi estómago y suelto un lloriqueo, respiro profundo y vuelvo a intentar, con ayuda del sillón me incorporo y observo mejor alrededor, estoy solo, Ava se a ido, por la ventana noto la oscuridad del exterior, qué hora será, supongo que muy tarde, levanto mi playera y observo un gran moretón en el lado izquierdo del abdomen, no puedo creerlo, porque me duele demasiado, se supone que sanamos rápido, conecto con mi lobo y está triste en mi pecho, ahora entiendo porque tampoco me ayudó cuando estaba recibiendo los golpes, el también los recibió aceptandolos, le duele lo que nos hizo, pero a mí me duele más lo que me dijo antes, necesito encontrarla para que me dé una explicación, y tal vez una disculpa por atreverse a tratarme así.

A pasos lentos me dirijo a la salida, en el pasillo todo esta oscuro y muy silencioso, llegó a la cocina y también, vacía, pensandolo mejor me voy hacia mí habitación, al parecer estoy solo en la casa, no puedo distinguir ningún sonido ni aroma.

Entrando por mi puerta camino hacia el baño, el espejo me da una imagen muy lamentable, sangre seca en mi labio con una herida en ellos, un hematoma en mi pómulo izquierdo llama la atención en mi pálido rostro, mis ojos azules lucen sin brillo, tristes, mi cabello algo largo está todo enmarañado en mi frente, suspiro y mejor me preparo para tomar un baño, algo que amo de aquí es el agua caliente, en casa con mis padres siempre era agua fría.
Me quedo bajo la regadera dejando el agua recorrer todo mi cuerpo, me relajo y no puedo evitar pensar en Ava, como fue capaz de abandonarme ahí después de golpearme de semejante manera hasta dejarme inconsciente, si no le importo entonces porque me trajo a vivir aquí con ella, sus hirientes palabras me siguen taladrando pero será mejor ignorarlas para evitar sentir el dolor en mi pecho de nuevo. Opto mejor por dejar de pensar en eso y salgo de la ducha cambiándome con una pijama blanca que había en mi clóset, me meto a mi cama tapándome hasta la cabeza, cierro los ojos y vuelvo a soñar con unos grandes ojos negros.

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Llegó a la cocina encontrándome con Merdith, está al verme se espanta pero luego baja la cabeza.

-Señorito Liam, buen día, en un momento le sirvo el desayuno - menciona sin levantar la cabeza.

Tomo asiento en la silla esperando, no hay que ser tan inteligente para notar que Merdith sabe que Ava me golpeó, dudo mucho que no haya escuchado mis gritos, solo que no logro comprender porque no me ayudo.
Pronto un plato con huevos revueltos y pan tostado es dejado frente a mí, también una copa de fruta, mi boca se hace agua y sin perder tiempo emprendo a comer, está muy delicioso, tengo que aprovechar estas comidas, ayer no comi nada así que mi estómago está contento.

- La señora Ava quiere verlo en su habitación una vez termine su desayuno - me informa Merdith y acatando la petición me levanto y salgo de la cocina sin mencionar una palabra hacia ella.

Camino despacio, aunque el dolor a disminuido un poco, no a desaparecido por completo, cuándo desperté estuve pensando, quizá lo mejor es que me vaya, no me gustaría que vuelva a golpearme, le diré que es lo mejor y por el dinero que ella le dió a mis padres yo voy a trabajar y le pagaré hasta el último centavo, pero no quiero seguir más aquí.

Llegando a su puerta estaba a punto de abrir cuando recordé la noche anterior, así que toco la puerta y espero. Una Ava con una bata de baño y el cabello húmedo abre y me quedo estático en mi lugar.