EN ESTA NO

El entrenamiento para dominar la energía de nuestros cuerpos fue una de las cosas más complicadas pero a su vez más sencillas de todo lo que he aprendido a lo largo de mi preparación. Po se encargó de enseñarle a toda la aldea secreta para continuar con el legado que llevaban por miles de años atrás. Por lo visto fue algo bastante sencillo, solo sanación. En cambio a Shifu y a nosotros los cinco furiosos fue más allá. Muchas técnicas de Kung Fu y pergaminos con escrituras sagradas tomaron sentido. Esto en manos equivocadas podría causar un enorme desastre. Pero todo parece que por ahora no hay señales de que alguien se le ocurra apoderarse del mundo.

Entre todos los Pandas había sobresalido solo una persona con virtud para el Kung Fu, la estuve observando todo el tiempo. Era una chica llamada Mei Mei, en un principio creí que se llevaría bien con Víbora, ambas bailarinas expertas en el manejo del listón y la gimnasia rítmica. Todo lo contrario, no lograban congeniar, sinceramente no la culpa. Cierta actitud de Mei Mei por coquetear con los chicos nos parecía de muy mal gusto. Supongo que solo es un juego inocente puesto que no pasa de ponerlos nerviosos pero hay un cierta molestia al menos en mi cuando se le acerca a Po con intensiones extrañas.

- ¿Qué quieres que cosa?

- Necesito que hagas pareja con ella, creo que eres la indicada para esto. Ambas tienen el mismo estilo de pelea, entonces tu estarás con Mei Mei. Grulla con Mantis, a Mono le toca acompañar a Shifu al hospital público...

- ¿Otra vez? Amigo el Maestro Shifu últimamente solo me observa a mí hacer el trabajo en lo que él se pone a jugar Pai Sho.

- Mono...

- Maestro Shifu, em... creo que es hora de irnos.

Me reí junto a los demás. Tiempo atrás hubiera reprendido a todos por reírse del Maestro Shifu o de cualquier situación tonta, pero qué más da, a veces solo necesito no tomar demasiada importancia a las cosas.

- A ver, entonces así quedamos. Mono y el Maestro Shifu al hospital público. Víbora y Mei Mei. Tigresa conmigo. ¿Entendido?

- Claro si, como digas.

- Víbora...

Regañe a mi amiga, sé que está molesta de tener que convivir más con Mei Mei, pero debe aprender a mostrarle el debido respeto a Po, no solo por ser el Guerrero Dragón héroe de China sino porque también es nuestro Maestro. Víbora comprendió mi llamada de atención, se relajó y pudo contestar de mejor manera a la orden de Po.

- Si Maestro... ¿Y dónde se supone que está Mei Mei?

- Excelente pregunta.

Nadie sabía a donde se metía la mayor parte del día, pero no por ella tendríamos que retrasar el entrenamiento. Lo que si es que más adelante nos interrumpiría, últimamente los entrenamientos eran a puerta cerrada, nos preocupaba que alguien pudiera ver las nuevas técnicas de Kung Fu y aprenderlo de manera incorrecta. Hacer un mal manejo del Chi puede llevar a la muerte del usuario o arrebatarle la vida a alguien más.

Mis entrenamientos con Po antes parecían juegos. Estábamos en un nivel tan similar que adivinábamos cada ataque así que nos concentrábamos en ver la forma de hacer ataques combinados, siempre en pareja. Extrañaba esto, solo él y yo hasta que en momento Po me acorralo a una parte escondida del salón de entrenamientos, vi como los chicos estaban concentrados en sus cosas, no se dieron cuenta de aquello. Mire a Po un poco molesta, pero él se veía diferente, no juguetón o burlón. Estaba serio, incluso la forma en la que me tenía acorralada era bastante dominante, me erice al sentirme vulnerable.

Estire mi brazo entre ambos para intentar marcar una distancia prudente que me dejara tener un respiro, Po tomo mi mano que ya estaba sobre su pecho, la acaricio y la llevó a su cuello. Me quede helada ante el comportamiento tan inusual en él. Poco a poco fue acercándose a mí cerrando los ojos. No, no, no, no... Quiere besarme... ¡Va a besarme! Tengo dos opciones, lo aparto o podría... solo dejarme llevar... Comencé a cerrar mis ojos hasta que detrás de Po alcance a ver a Mei Mei observándonos fijamente. Eso basto para tomar a Po por su espalda y derribarlo.