𝙪𝙣𝙤

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Kosta y andrija se conocían desde que el mayor llegó a Serbia por primera vez. No tardaron mucho en llevarse bien puesto que compartian cosas en común.

Kosta siempre trató de buena forma a andrija , lo cuidaba y consentia, si él estaba cerca, el menor no podia evitar sonreir.

Por eso fue que en algún momento andrija terminó enamorado de su amigo. Jamás le había gustado nadie como lo hacia kosta.

No estaba muy seguro de que hacer al respecto, lo pensó mucho. Tal vez solo era algo pasajero, pero mientras más meditaba más se daba cuenta que enserio sentia algo por él.

Así que con gran valentía decidió confesar sus sentimientos.

Pero cada vez que lo intentaba se ponia demasiado nervioso, siempre terminaba diciendo cualquier tontería. Y ese día no fue la excepción, ya era la octava vez que intentaba confesarse pero se salió por completo de sus manos

Como antes dije, andrija se ponia demasiado nervioso. Aquellas palabras salieron antes de que siquiera pudiese procesarlas.

-Kosta quiero que me beses.

Kosta parpadeo varias veces tratando de procesar lo que el menor le habia dicho. Lo miró y andrija tenia una expresión seria en su rostro, sin ningún rastro de que estaba bromeando.

Andrija por su lado estaba demasiado avergonzado de su repentina petición. Trató de ocultarlo poniendo su mejor cara de póker pero lo que no pudo ocultar fue el sonrojo en sus mejillas.

-Andri-

-¡Te pago!

Su cerebro advertía que debía dejar de hablar, aunque las señales no Ilegaban del todo bien. Su mente habia hecho cortocircuito y hablaba sin pensar.

-¿Pagarme? ¿De qué estas hablando, te sientes bien andri?

-Puedo pagarte, tengo dinero -empezó a buscar en su billetera-. Te pagaré cincuenta dinares -sacó los billetes.

-Yo-

-Tomelos Kecmanovic -insistió sin mirarlo.

Kosta sonrió con ternura. Bajo la mano que le extendia andrija y acarició su pelo.

-Entonces quieres que te bese.

El sonrojo del pelinegro se extendió hasta sus orejas sin poder evitarlo. Ya sabía que había dicho una tontería y que probablemente a estas alturas kosta ya sabría de sus sentimientos.

-Lo haré-concedió el mayor.

Se acercó más a andrija quien tenia el corazón a millón. No podía creer que enserio su kosta iba a besarlo, su ilusión cayó por los suelos cuando sintió unos labios en su mejilla.

Vio a kosta interrogante, éste tenía una sonrisa de oreja a oreja.

-No tenías que pagarme por eso.

-No me referia a eso -bufó.

-¿Ah no? ¿Entonces?

Andrija no contestó, se limitó a rodar los ojos por el gran despiste del pelicafe.

Muchísimas gracias a gummyseongie por permitirme adaptar su historia, los créditos son de ella, té lo agradezco mucho

¡te pago!   •kosxandri•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora