𝙘𝙪𝙖𝙩𝙧𝙤

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Andrija esperaba que Kosta preguntara la razón por la cual quería un beso, aunque la verdad eso no paso.

Pero estaba bien, por ahora. El tema de la confesión habia quedado estancado para ser reemplazado por el beso, pero debia mantenerlo en mente.

Tratar con su Kosta era un poco complicado y necesitaba desahogarse, pero no podía hacerlo con él. Por suerte no era el único amigo que tenia.

-¡Ya no se que hacer!

-Confiesa tus sentimientos- respondió con obviedad su mejor amiga, Mara .

-No puedo hacer eso, seria ridiculo -refutó.

Mara no pudo evitar hacer una face palm.

-En realidad sería lo más lógico andrija.

Éste negó repetidas veces.

-Solo debo cambiar de estrategia y podré conseguir que kosta me de un beso-se sonrojo de solo pensarlo.

-Si te confiesas recibirás muchos besos de todas formas -murmuró mara por lo bajo pero el menor lo escuchó. No es tan complicado.

-Si no lo es ¿porqué no te le confiesas a ema?

Ante sus palabras abrió los ojos y vio frenéticamente a los lados, como si andrija lo hubiese gritado a los cinco vientos.

-¿Acaso estas loco? -susurró con tono de reproche.

-¿Porqué susurras? -Andrija arrugo la nariz.

-Alguien pudo escucharte, o peor, ella pudo escucharte -dijo sin dejar de susurrar.

Al parecer andrija no era el único con un crush, mara sentia atracción por cierta serbia. La verdad, el sentimiento era reciproco aunque los dos eran demasiado despistados como para darse cuenta.

-¡Ya sé! -exclamó de pronto andrija con una gran sonrisa.- ¡Solo tengo que ofrecerle más dinero!

Mara lo miró con el ceño fruncido y después soltó un suspiro.

-Mejor voy a ver que hace Ana.

El menor no se dio cuenta cuando su amiga se fue, estaba metido en sus propios pensamientos, todos relacionados con un lindo pelicafé.

-Kosta kecmanovic ¿cuándo te darás cuenta lo mucho que he caido por ti? -se lamentó en un murmuro.

¡te pago!   •kosxandri•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora