Capítulo 8: El camión de helados

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La castaña, a tropezones, salió de su cama y con completamente furiosa caminó hacia la sala.

— ¿Quién se piensa qué es? Si yo digo que duermo en ese sillón es que duermo...

—Jajajajajaja —ecos de risa entraban por el pasillo, Lookkaew apuró aún más su paso—. Jajajajaja —las risas se hacían cercanas.

— ¿Qué están haciendo? —en cuanto entró en la sala, vio a Praewa y a Anda sentadas en el sofá cama mirando antiguos dibujos animados. Al parecer, era algo que las dos estaban disfrutando al máximo. Mientras la bailarina devoraba su desayuno, la pequeña jugaba con uno de los tantos almohadones que tenía a su alrededor cubriéndola.

Cuando escuchó la voz de la castaña, Anda volteó a verla, por supuesto que vino el famoso mirar, torcer, entreabrir la boca y después las palabras.

—Yo... ella... el correcaminos —no sabía para dónde señalar, si hacia Praewa, hacia el televisor o hacia ella misma. Desesperada gesticulaba sin encontrar la forma de explicarle a la castaña qué estaba pasando.

—Yo llegué y me puse a mirar la tele, Anda despertó después —explicó Praewa, ayudando a la pequeña.

Anda asintió a la versión de Praewa.

—Eso —agregó, está vez segura.

Lookkaew caminó hasta la cocina en busca de su café diario.

—Pues será mejor que te olvides de la televisión por el momento porque quiero hablar contigo, no te vas a escapar más de mí, Anunta. ¿Me oyes? Anunta... —insistía—. ¡Dios! ¿Por qué es tan difícil? —volvió a la sala en busca de la pequeña. No pensaba posponer la charla, lamentablemente no contaba con el correcaminos.

La castaña chocó su pie contra el piso indignada. ¿Por qué todo era más importante para la otra chica que ella? ¿Por qué Anda no se fijaba en ella como ahora estaba fijándose en como ese estúpido coyote era aplastado una vez más por una enorme roca? Esto se tenía que acabar de inmediato.

Lookkaew caminó con paso firme, rodeando el sillón y se puso frente al televisor, ambas televidentes torcieron sus cuerpos para poder mirar entre los agujero que Lookkaew dejaba libre, lo que le dio más rabia a la empresaria y después de un nuevo pisotón en el piso, se dio vuelta dándole la espalda a las otras y apagó el televisor

— ¡OUCH! —algo le había pegado en la cabeza y se dio cuenta que era un almohadón cuando el objeto cayo al lado de sus pies—. ¿QUIÉN FUE? —aunque se dio vuelta con la idea de sacarle a tirones la culpable, lo supo de inmediato porque la pequeña miraba a Praewa con el ceño fruncido y su cara se había puesto de la misma forma que la tenía segundos antes de irse contra Jimin.

—Fue Anda —Praewa señalaba injustamente a la tatuadora.

La pequeña miró el dedo acusador de Praewa y en cuanto se dio cuenta de que la señalaba a ella, miró a Lookkaew y empezó a agitar su cabeza, negando la acusación.

—No... yo... yo... no fui —lo negaba con énfasis.

Lookkaew la iba a calmar, pero la divirtió la idea de jugar un poco con ella, después de todo, la pequeña la había desobedecido.

— ¿Anda? Explícame por qué me tiraste un almohadón —le exigió, levantando su ceja.

Anda seguía agitando su cabeza hasta que la ceja levantada de Lookkaew la frenó. La pequeña enfocó su mirada en esa parte del cuerpo de la castaña.

— ¿Cómo haces eso? —le preguntó sin suprimir una sonrisa.

La cara de Lookkaew se relajó y cambio su estado.

—No, no, no —Lookkaew no entendía a qué se negaba Anda—. Hazlo de nuevo —pidió la pequeña, poniéndose de rodillas en la cama.

— ¿Qué quieres que haga? —nunca fue tan difícil entender a alguien.

—Eso que haces con tu ceja —le dijo, señalando.

Sin querer, la castaña lo hizo.

— ¡Eso! —festejó Anda, poniéndose de rodillas en la cama—. ¿La ves, Praewa? ¿La ves? —la pequeña quería que todo el mundo le prestara atención al truco de la empresaria.

¡No soy para ti! (Adaptación AndaLookkaew)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora